Campeón del mundo de carreras por montaña en 2014, Luis Alberto Hernando (Burgos, 1977) sale en su foto de WhatApp bebiendo una cerveza. Pero lo que destaca en esa imagen de Marta Barcadit es su mirada. Como si siguiera en alerta después de una de esas carreras imposibles para la mayor parte de los mortales. Tras un ultra trail de montaña. Tras decenas de kilómetros, miles de metros de desnivel acumulados en sus piernas y miles más de zancadas en búsqueda de ser el primero en cruzar la línea de meta. Y su mirada transmite fuerza. La imagen fue captada el pasado año tras ganar la Pirineu, en el Pirineo catalán. La jarra con cerveza, un regalo de los organizadores al campeón, tras completar 110 kilómetros y 6.800 metros de desnivel positivo en 11 horas 15 minutos. Como anécdota, Hernando llegó a las 11 de la noche, después de trabajar, empezó a correr a las 7 de la mañana y nada más acabar la carrera se volvió para ir a trabajar.
Luis Alberto Hernando bebiendo cerveza | Foto: María BarcaditCastellano de cuna y altoaragonés de adopción –reside en Jaca desde 2002 donde ha hecho del Pirineo su particular patio de entrenamiento- Luis Alberto Hernando forma parte del selecto grupo de corredores de montaña donde España es una potencia mundial. Porque España no es solo Kilian Jornet. Sí. El catalán es el estandarte, quien ha dado nombre a este deporte, quien acapara (casi todas) las victorias, el que rompe moldes, récords y quien tiene en su haber el título de Aventurero del año 2014 por el National Geographic. Pero no es el único espejo donde mirarse. También están Iker Carrera, Tòfol Casstanyer, los altoaragoneses de adopción como Manuel Merillas y Óscar Pérez. Y claro, Hernando, campeón del mundo en Chamonix, título que defiende por dos años.
“Este año, en la Transvulcania vamos a estar todos menos Kilian, que es insustituible”
Especialista en montaña de la Guardia Civil, Hernando vive a caballo entre Jaca y Pamplona. Corredor de Adidas e Isostar, ya descuenta las hojas del calendario para la primera gran cita de la temporada: la Transvulcania, en las Islas Canarias, donde estas carreras tienen un gran predicamento y donde Hernando, además, es muy querido. Será el 9 de mayo. Una fecha que le impedirá, si no tiene ningún contratiempo, estar en la línea de salida de otras de las grandes del calendario: la de Zegama, en el País Vasco, que se disputa una semana después. “No me da tiempo a recuperarme para participar en las dos. Hemos elegido la de Canarias porque es la primera. Así si me pasa algo y me recupero puedo estar en la de Zegama. La verdad es que se trata de dos grandes carreras”, dice. De hecho, reconoce que en su amplio palmarés saca más brillo al primer puesto del pasado año en la prueba celebrada en Canarias que en su campeonato del mundo. “Este año, en la Transvulcania vamos a estar todos menos Kilian, que es insustituible”, afirma.
Llegará a Canarias con su reciente victoria en la XX Travesía Valle del Aragón. Puso así el broche a la temporada de esquí de travesía con el equipo de la Guardia Civil. Para llegar perfilado a Canarias sigue acumulando kilómetros y calor. Y por supuesto sigue llevando de cabeza a su entrenador, Andrés. Tres años mayor que él es, además, su hermano. Esa dualidad, reconoce, es una ventaja. Solo le entrena a él. “Me conoce a la perfección”, recalca. Han compartido muchas horas de entreno en una familia que puede encontrar una explicación a su calidad deportiva en la figura de su padre, Félix. “Cansado de vernos dar vueltas a la pista de atletismo desde una valla, se puso a correr y en dos años bajó de las dos horas 30 minutos en maratón. De hecho, a los 46 años se proclamó campeón del mundo de veteranos. Es que tengo el Centro de Alto Rendimiento en casa”, dice entre risas. Junto a sus hermanos, otras tres personas son fundamentales para el altoaragonés de adopción. Sergio, Mónica y Nieves, su novia. Pendientes de todo lo que le rodea y siempre dispuestos a apoyarle. Es su equipo. Difícil entender sus logros sin ese soporte.
“Cuando disfruto de la montaña es cuando entreno, en las carreras no. Bastante tengo con mirar por donde piso”
Hernando fotografiando sus zapatillas | Foto: Facebook
El calendario del mes de mayo es el único que tiene cerrado. Tras la Transvulcania llegará el campeonato del mundo de Annecy (Francia) organizado por la IAAF, la Federación Internacional de Atletismo, para el próximo 30 de mayo. Sí, las carreras por montaña viven una lucha de federaciones por ver quién las acoge bajo sus alas. Luego, no descarta competir en Estados Unidos. Quiso correr la Western States, pero llegaron tarde a las inscripciones. No pasa nada. Le resta importancia. Sabe que el próximo año estará allí. Otro de sus objetivos era participar en otras tres carreras del World Tour –Ultra Trail Montblanc, Monte Fuji (Japón) y Diagonal de los Locos (Isla Reunión)– pero no ha podido casar ese calendario a sus intereses.
Una de las particularidades de Hernando es fotografiar sus zapatillas con fondos espectaculares y firmarlas en la red con un lema “a qué sitios os llevo”. Cuando se le pregunta por sitios singulares no rebusca. “Sí, Alpes es espectacular, pero aquí, en el Valle del Aragón o saliendo de Bujaruelo… hay muchos sitios impresionantes. En carrera bastante tengo con mirar por dónde piso, aunque es cierto que tengo algunos flashes como el amanecer en la Transvulcania”, matiza. Como anécdota comenta que desconoce el número de pares de zapatillas que gasta por temporada. Simplemente lo adjetiva asÍ: una “barbaridad”. Suele utilizar un par cada 450 kilómetros de entreno, pero el desgaste en competición es mayor.