ZARAGOZA| Maikel Mesa es un futbolista distinto a los muchos que han pasado por el Real Zaragoza en los últimos años. Con su carácter, liderazgo y, sobre todo, calidad se ganó a La Romareda desde el primer día. También cayó de pie en el vestuario y es que sus compañeros, conscientes de su importante figura, lo eligieron como uno de los capitanes del equipo. Su inicio fue ilusionante -como el del resto de la plantilla-, pero Maikel desprendía otro aura. La visión de juego y olfato goleador que le caracterizaban fueron los pilares fundamentales del conjunto blanquillo al comienzo de la temporada. Todas las jugadas de ataque pasaban por sus botas y el fútbol del Real Zaragoza no se entendía sin la influencia del media punta canario.
Después de uno de los mejores años de su carrera deportiva en Albacete –8 goles y 3 asistencias– recaló en un Real Zaragoza completamente renovado con diez fichajes de alto nivel para la categoría. Junto con Toni Moya, fue el que mejores sensaciones dejó en pretemporada convirtiéndose en el máximo goleador del equipo y jugando a un fútbol de división superior. El aficionado zaragocista veía en él lo que hace mucho tiempo que no veía en La Romareda. Un jugador capaz de coger la pelota, mirar hacia delante y sorprender con una cosa diferente dependiendo de lo que en ese momento requiriese la jugada. Maikel Mesa decidía partidos a través de su calidad y certeza. Pero ahora parece que todo esto ha cambiado.
Mejor por dentro que por fuera
Si hay que poner un punto de origen en el que el canario empezó a rendir por debajo de lo que tenía acostumbrado sería cuando Fran Escribá le cambió el rol dentro del equipo. El exentrenador zaragocista, fiel a su 1-4-4-2, decidió situarlo en la banda y ahí sus prestaciones bajaron. Maikel Mesa es diferencial cuando recibe el balón de cara a la portería y no cuando lo hace de espaldas y en un costado del ataque. Sorprendentemente, le costó verlo a Escribá. Eso sí, cuando lo hizo, el tinerfeño fue el mejor. Sucedió frente al Sporting de Gijón donde bajo los focos del Molinón, Maikel brilló con luz propia. Abrió la lata cuando el partido parecía irse con tablas al descanso y rayó a un nivel excelso durante la segunda parte.
Contra el Éibar en casa también cuajó un gran partido -gol incluido-, pero a partir de ahí otra vez han vuelto a haber más sombras que luces. Maikel Mesa no se reencuentra con su mejor fútbol y esto es una malísima noticia para los intereses de un Real Zaragoza que necesita la mejor versión del canario si quiere volver a remontar el vuelo.