Si en las primeras jornadas de competición, Levitec Huesca no sufría este mal, ahora parece que se ha vuelto un clásico. Los oscenses suman 4 derrotas consecutivas, y en todas ellas se han recibido grandes parciales. A pesar de que Guillermo Arenas detenga los partidos, el equipo no es capaz de recuperarse, y lo que parecen pequeños parciales, acaban siendo grandes. Así ha ocurrido contra Alicante, Valladolid, Cáceres y Granada, últimos partidos disputados, que se cuentan como perdidos.
Yendo de atrás hacia delante, el primer choque donde ocurrió fue en Alicante. Cierto es que Levitec Huesca iba siempre por detrás en el marcador, pero se mantenía en el partido con esperanzas de dar la vuelta al choque. De rempente, en plena remontada, en el último cuarto, el ataque se detiene y se recibe un parcial de 11-0. Sin tiempo para levantarse se acaba cayendo 91-70. Siguiente choque ante el líder, Valladolid. Un segundo cuarto para olvidar, donde se pasa del 23-27 al 31-54, un parcial de 8-27 que a la postre fue insalvable. El partido en casa concluía 80-100.
Parecía que los fantasmas se habían alejado ante Cáceres en una nueva reválida como locales. Todo iba a pedir de boca, siempre por delante y un 75-67 en el periodo final. De pronto, en un visto y no visto desconexión ofensiva y defensiva, y en nada se pasa al 77-85. Parcial de 2-18 que daba la vuelta al marcador sin apenas tiempo de reacción. Nueva derrota, muy dolorosa, por 83-94. La última tragedia, fue en Granada la pasada jornada. Levitec Huesca luchaba, gran primera mitad y buen arranque tras el descanso, pero de nuevo, la historia se repite. Tras ponerse por delante los oscenses 37-38, los nazaríes endosan un parcial de 14-0. El choque se pone cuesta arriba, el acierto no aparece y se pierde por 71-54.
Guillermo Arenas es consciente del problema, para los partidos para intentar cambiar la dinámica, y lo recalca en sus ruedas de prensa. Necesita que el equipo esté intenso los 40 minutos, y para muestra un botón. Pequeñas desconexiones de 5 minutos, acaban con el partido. El equipo lo hace bien la gran mayoría del choque, pero en una liga tan dura como la LEB Oro, no basta con eso ante casi la totalidad de los rivales. Es momento de ser fuerte mentalmente, para no recaer en el problema, sabiendo que ya se ha convivido sin él, a la vez que ser fuerte físicamente para dar el 200% en todos los tramos de los partidos. La siguiente oportunidad, Guipuzkoa Basket, difícil pero no imposible.