Aranda es la próxima parada del Bada Huesca. Y el canterano Miguel Malo disipa rápido cualquier resultado satisfactorio de antemano para el siete altoaragonés y más aún tras aplastar al colista de la Asobal. “Nos puede ganar Villa de Aranda perfectamente. No hay partido fácil y tenemos que salir contra ellos como contra El Cisne”, dice con énfasis. No se fían nada de los castellanos pese a la diferencia entre ambos sietes en la clasificación. Villa de Aranda es penúltimo con 8 puntos, 26 menos que el Bada Huesca. Un mundo entre los dos. Pero la liga entra en la zona caliente, donde cada fallo penaliza al reducirse el margen para rectificar.
Miguel Malo es en este momento una de las banderas de la cantera del BM Huesca. Recogió el mástil de Marco Escribano y también sigue sus pasos en el mundo de la medicina. El extremo es rehabilitador en Madrid, el central se encuentra en cuarto año y aún no tiene clara la especialidad. Suele conversar con Marco. Siempre ha mantenido una relación estrecha con los Escribano. Carlos es uno de sus mejores amigos y Juan Carlos Escribano, padre de Marco y Carlos, quien introdujo este deporte en el colegio Pedro J. Rubio, es el que le enganchó al balonmano. La admiración y amistad de Malo con los Escribano es indestructible.
Le toca estudiar en Zaragoza -saca buenas notas-, la Covid-19 han anulado las prácticas y las clases son on-line lo que le permite compatibilizar algo más los horarios con los entrenamientos. Nunca es fácil. El canterano arrancó muy fuerte la temporada. Llegó bien físicamente a ese ya lejano mes de agosto. En casi toda la primera vuelta jugó muchos minutos y reconoce que “me sentía importante”. Con la misma vehemencia dice que llegó muy justito a los partidos de final del año y le costó coger el ritmo en la pretemporada de invierno. “No estaba participando tanto y entrenaba peor. Ahora me encuentro mucho mejor y me siento el Miguel de la primera vuelta, el del principio de temporada al que quiero volver a ser”, asevera.
Volver a sentirse importante
Una temporada más en el Bada Huesca y en su vestuario implica un mejor asiento en el equipo, un punto más de veteranía para ver que “en un partido hay muchos partidos, es todo un mundo. Lo importante es estar preparado para lo que Jose (Nolasco) me necesite”. Afirma que no mira la clasificación, aunque sabe la posición y los puntos del equipo. Pero no quiere ver más allá, aunque, afirma, que “lo que sé es que tenemos una oportunidad para hacer la mejor temporada de la historia del club”, subraya.
Esa buena marcha del Bada Huesca, al que solo Barcelona y Valladolid, hasta la fecha han sido sus bestias negras se traduce en una tercera posición donde notan que “los rivales te tienen mucho más en cuenta. Somos muy respetados en este sentido y saben que jugamos un muy buen balonmano”.