El Bada Huesca gestiona este sábado en Pamplona la última curva de la semana. Toca La Catedral, toca Anaitasuna. Abrió con el empate contra Puente Genil, siguió la derrota contra Benidorm y ahora es el siete de Pamplona con el que se empareja. Tras conseguir un empate y firmar una derrota, la derivada es que le toca ganar. La receta es sencilla: jugar como lo ha hecho… y terminar de definir con la posición ganada. Meter goles. Tan sencillo como complicado.
En una semana así no hay descanso posible. Ni de músculo ni de cabezas. Y lo necesita. Más cuando se enfrenta a un rival siempre incómodo, que empezó con dudas, pero que ha enderezado su casillero con dos buenos resultados consecutivos.
Lamentar de que los de Nolasco volverán a comparecer sobre el 40×20 sin Carmona ni Álex Marcelo vale de nada. Ya se sabe que no están por lo que tocará jugar sin sus zurdas. El extremo es un seguro de vida en las contras y desde los 7 metros; el de Carboneras tiene una zurda desatascadora que en muchos partidos es canela en rama. Pero como no están, pues a resolver la papeleta de otra forma.
Un clásico de la temporada
Cada Anaitasuna-Bada Huesca es uno de los partidos clásicos de la temporada. Es el punto de afinidad y cercanía de dos clubes que en la historia reciente caminan de forma paralela. Los navarros corren, juegan bien a balonmano, son fuertes, con calidad en el lanzamiento exterior y buenos pivotes. Un esbozo de lo que es se pudo ver en la pretemporada. Eso sí, ahora son muchos mejores.
Una de las claves para el técnico del Bada Huesca descansará en esa rapidez del juego, donde los de Nolasco tendrá que ser una sinfonía en las transiciones y tras cada tanto. “Vamos a tener que estar muy centrados y anticiparnos”, señala Nolasco. En defensa, Anaita combina el 6:0 con un 5:1 y donde destaca en su muro la presencia del exHuesca Nico Bonano.