Martín Mantovani debutó el pasado sábado con la SD Huesca frente al Deportivo Alavés tan solo tres días después de su incorporación al club oscense. Pese a cometer el penalti del cuadro babazorro, el argentino hizo gala de sus cualidades y supuso una de las noticias positivas en clave azulgrana tras una dolorosa derrota.
El ‘2’ del Huesca, poderoso en el juego aéreo, resultó infranqueable. Ante delanteros que no amenazaron la profundidad, Mantovani no requirió de velocidad para desbaratar los acercamientos del Alavés salvo en ocasiones puntuales. Se dedicó a despejar con total acierto una y otra vez los envíos en largo de los visitantes. En el área, el central lo logró hasta en siete ocasiones por las dos de Pulido, mientras que Diéguez no realizó ninguno al jugar más desplazado hacia la izquierda.
Francisco optó por una defensa de cinco sin balón, en la que Ferreiro actuaba como carrilero izquierdo, y en una de cuatro con él, actuando el gallego en ese mismo costado por delante de un Diéguez de falso lateral. Tanto él como Pulido, más preparados para la anticipación, efectuaron más recuperaciones (cinco y siete respectivamente) que el nuevo zaguero, más fijo por la posición y dispuesto para los duelos aéreos.
Un excelente complemento
Con balón, no obstante, Mantovani lo hizo fácil. No destaca por su salida y muestra de ello fueron sus entregas, la mayoría de ellas en horizontal para que fueran certeras y sin ánimo de asumir riesgos. Porque cuando lo intentó, le salió cruz. Hasta seis de sus siete pases verticales mediante los que intentaba romper líneas no encontraron destinatario.
Su penalti al comienzo del duelo por mano no empaña una más que notable actuación de un Mantovani que demostró por qué el Huesca se ha fijado en un perfil como el suyo. Sin Insua y con Etxeita entre algodones, el defensor de San Miguel puede ser quien mejor complemente a Pulido (desde el perfil izquierdo) o quien más compacte esa zaga de tres (como líbero) por la que Francisco está apostando.