ZARAGOZA | El triunfo del Real Zaragoza se explicó a través de Marc Aguado. El canterano vivió un partido especial, más feliz que nunca en el día de su estreno. La ovación final fue el mejor de todos los desenlaces y quizá la síntesis de todo. La afición ha entendido que está ante un jugador distinto, suyo, capaz de proyectar el fútbol del grupo.
El juego de Marc Aguado se expresa a través del pase. Gobierna el partido, dirige el tráfico y entiende que puede mejorar el fútbol del resto incluso cuando el balón no pasa por sus pies. Estratega en el mejor sentido de la palabra, no solo aspira a ser un mediocampista posicional y creativo, sino un futbolista total.
Frente al Villarreal B mostró un matiz diferente, que no se asocia a los jugadores de su condición. Cuando el partido se complicó, Aguado ganó el pulso en la disputa. Peleó, llegó al cruce, se lanzó al suelo y recuperó balones que no tenían dueño. El premio de la grada no se entiende solo a través de su fútbol, sino del sacrificio que mostró cuando su equipo le necesitó.
El lugar de Marc Aguado
“Quiero ser el mejor en mi posición”, dijo en su primera rueda de prensa del curso. Y esa declaración, ambiciosa en toda su extensión, muestra la personalidad de un canterano que conoce ya los secretos de la categoría. Éder Sarabia le dio alas y le situó en el lugar de los elegidos. Hijo de una leyenda, el Zaragoza ha descubierto en su heredero a un futbolista con nombre propio.
Marc Aguado reúne las claves del fútbol posicional. Le da sentido a la jugada, elige los toques precisos y ha entendido que su mejor virtud es hacer brillar al resto. Aguado es ahora el centro de gravedad del equipo, el jugador que permite que pasen las cosas. Hay, además, un punto romántico en su sociedad con Francho Serrano. Zaragozanos y zaragocistas, los dos sueñan con jugar en La Romareda desde que tienen memoria. Su deseo ahora, que acaban de alcanzar la edad adulta, es el de toda una ciudad: firmar el regreso a Primera División.
En el minuto 81 de juego, El Municipal aplaudió a rabiar a Marc Aguado. Muchas de las cosas que se pueden decir del canterano, se escribieron en esa ovación y en su partido.