Marc Pinsach ha establecido un nuevo récord de ascenso al Aneto (3.404m) partiendo desde Benasque. El atleta de Cassà de la Selva (Gerona) arrancó a las 7:30h desde la calle mayor de la villa ribagorzana y 2h20’15’’ más tarde hizo cima. Regresó al punto de partida para firmar un crono de 3h55’44’’.
Este año es especial en cuanto a las carreras por montaña en Benasque ya que se cumplen 20 años desde que se celebrara la primera edición de la Nike Aneto X-Xtreme. Marc Pinsach ha honrado la efemérides con el ascenso al pico Aneto, por la ruta de Coronas, en un tiempo de 2h20m15s, lo que supone establecer una nueva marca. No obstante, la felicidad no fue plena ya que se quedó a 3 minutos de un nuevo récord en cuanto al ascenso y descenso al rey de la cordillera desde Benasque. “La tentativa de récord ha ido muy bien. He conseguido hacer un nuevo récord de subida, dejándolo en 2h20’ y he disfrutado, me he sentido bien. La felicidad no ha sido completa porque, en la bajada, me han sobrado tres minutos para poder establecer también una nueva marca de ascenso y descenso pero, teniendo en cuenta las condiciones que nos hemos encontrado en la montaña, estoy contento”, valoró el corremontes de Cassà de la Selva (Gerona).
El gerundense tenía como referencia el tiempo de ascenso que estableció Quico Soler en 1999, en el marco de la Nike Aneto X-Treme Marathon. Soler, llegó a la ante-cima (antes del mítico Puente de Mahoma) en 2h21’11’’, durante una edición de la carrera en que se partía desde Benasque y también se ascendía por la ruta de Coronas pero sin llegar hasta la cima del pico. “Es un récord que tenía su gracia porque significaba competir contra otra generación. A nivel personal, suponía un desafío deportivo muy especial porque competía contra un deportista que lo estableció hace 20 años y que era un atleta de referencia en su plenitud deportiva”, explica Pinsach.
El de Cassà de la Selva intentó atacar también el récord de ascenso y descenso que Soler estableció en 1998 en 3h52’14’’, en una edición de la Nike Aneto X-Treme Marathon en la que los participantes sí que ascendieron hasta la cima del Aneto, con Benasque como punto de partida y de retorno. Un trayecto de 37,6 kilómetros y 2.250 metros de desnivel positivo. Ayer, finalmente, Pinsach empleó en llegar de nuevo a la calle mayor de Benasque 3h55’44’’, quedándose a poco más de 3 minutos de establecer una nueva marca.
A las 7:30 de la mañana del miércoles, el gerundense arrancó desde la calle mayor de la villa ribagorzana, llegando por una pista forestal hasta el Camping Aneto. Durante 5,5 kilómetros con 200m de d+ siguió por una pista intercalada con algún sendero hasta alcanzar el plan de Senarta. A buen ritmo, entró en el valle de Vallibierna para llegar al puente de Coronas (1.950m, en el 12,5km de la ruta), donde abandonó la pista forestal para entrar en terreno montañoso. Ahí, afrontó un tramo con una primera parte por el interior de un bosque hasta la Pleta de Coronas, para comenzar una zona de bloques hasta el primer ibón de Coronas y, después, llegar al ibón superior de Coronas (2.750m, 16,5km). Un paisaje ya de alta montaña, con aristas y bloques, para entrar en la zona más técnica hasta ascender el Collado de Coronas (3.200m, 18,3km), donde tuvo que ponerse los crampones debido al hielo que había en el glaciar del Aneto. “Parte de mi equipo me esperaba ahí. Habían inspeccionado el glaciar que te conduce hasta la ante-cima con hielo duro y muy vivo y con las temperaturas de 0 grados que teníamos en altura, había riesgo de patinar. Por ello, tomé la precaución de ponerme crampones para hacer ese tramo del glaciar, sacándomelos poco antes de llegar a la ante-cima. Perdí algunos minutos pero fue la decisión correcta”. 500 metros con 200m de D+ le separaban de la cima del Aneto (3.440m, 18,8km), con el Puente de Mahoma como último reto a superar. Pinsach tocó la cruz del Aneto en 2h20’15’’ estableciendo un nuevo récord de ascenso y, mejorando así, las 2h21’11’ que Soler estableció en 1999 en la ante-cima, antes del citado Puente. “El primer objetivo estaba cumplido pero iba mentalizado en buscar el récord global así que todavía quedaba hacer la bajada. Toqué la cruz y rápidamente empecé el descenso para perder el menor tiempo posible, ya que sabía que me tocaría ponerme de nuevo los crampones en el glaciar del Aneto”.

Foto: Lymbus
Y la bajada no fue fácil. “Sabía que sería difícil hacer un descenso más rápido que el de Soler porque allí donde hace 20 años había nieve o hielo ahora casi no hay nada. El glaciar de Coronas apenas existe y, al no poder descender en ‘culenbagen’ (sic), tuve que ser lo más habilidoso posible aun sabiendo que sería difícil ir tan rápido como entonces. Las condiciones en la montaña han cambiado, el retroceso del glaciar es enorme y es una prueba real y gráfica de cómo nos afecta el cambio climático”, recuerda.
La lluvia apareció durante su regreso y Pinsach llegó cansado pero satisfecho. “Cuando llegué al puente de Coronas en unas 3h8’, vi que ya era muy difícil rebajar el récord global pero me sentía fuerte, rápido y ligero y, cuando un deportista se encuentra bien, disfruta jugando a exprimir su cuerpo al máximo. Apreté hasta el final y me faltó poco”, analizó.
Pinsach tenía ganas de marcarse un reto personal más allá de las pruebas competitivas en las que participa habitualmente. La elección del Aneto no fue casual. Alpinistas como Soler, Cardona o Fabio Meraldi, que en los 90 se pusieron a prueba en este pico emblemático del Pirineo, son referentes para el atleta de Cassà de la Selva, así como su visión romántica de esta disciplina. Todos forman parte de una generación que puso las bases del boom actual que viven las carreras de montaña