Los seguidores de clubes humildes, entiendo tenemos algo peculiar. A veces, reducimos nuestra exigencia futbolística a ver simplemente a nuestro equipo. Sin excluir, eso sí, el intrínseco deseo de llevarnos la victoria. Incluso el mundo del fútbol nos mira con extrañeza. En el Camp Nou, los aficionados al Huesca pusimos un punto y seguido a una temporada que nos promete grandes cosas.
Imagen de los jugadores de ambos equipos saludándose tras el partido | Foto: fcbarcelona.esEl gol que Gaspar Gálvez hizo cuando todo estaba acabado nos fundió en un abrazo a tres amigos: dos oscenses, lógico, y un catalán que empieza a comprender por la convivencia que es eso de ser del Huesca. Tres camaradas vitalicio celebrando un tanto que cerraba la aventura copera de esta temporada.
La Copa del Rey nos ha concedido jornadas fascinantes. Desde la tanda de penaltis en Villanueva de la Serena vivida en la terraza de un piso universitario de la capital, pasando por ese frenético partido frente al Barakaldo junto a mis compañeros de batalla en la tribuna del Alcoraz. La inmortal retransmisión radiofónica del Huesca-Barça y el partido en el Camp Nou, con ojos vidriosos desde el sofá por el sencillo hecho de vernos allí.
“Es difícil describir de forma certera qué significa ser del Huesca”
Es difícil describir de forma certera qué significa ser del Huesca. Es algo que nos constituye a los que desde pequeños lo hemos vivido, nos otorga una identidad, nos acerca a casa cuando estamos lejos o como un día expliqué en clase, somos pequeños que deseamos cosas grandes. Pero es más fácil personarse cerca de un aficionado y mirar con distancia qué le sucede, como vibra.
Y aunque la naturaleza del fútbol se impuso en la ida y en la vuelta, la alegría por simplemente estar es enorme. Haber sido conocidos desde un prisma nacional e internacional, un orgullo. Nos queda para la historia esta eliminatoria, para contarlo a próximas generaciones y para guardarlo en el corazón. No somos pocos los que podremos contar que hemos sido coetáneos a un sufrido Huesca de tercera, a un gran Huesca de segunda B, a un meritorio e histórico Huesca en segunda A y a un Huesca que se enfrentó al FC Barcelona en competición oficial. Ahora, el resorte de pasión y orgullo que la eliminatoria frente al Barça ha preñado deberá servir de impulso para seguir creciendo en liga y luchar por volver a lograr la gesta de regresar a la categoría de plata del fútbol español.
Enorme Cristian.