ZARAGOZA | Marcos Cuenca le puso la firma al triunfo del Deportivo Aragón, en una victoria que no se entendió tampoco sin Guillermo Acín. Ante el Calahorra, el Deportivo Aragón fue un equipo convencional, que se simplificó a través de su portero y de su mejor atacante. Y ganó tiempo ante el Calahorra, hasta vencerle al frío y a sus miedos en La Planilla.
Marcos Cuenca y Guillermo Acín; el Deportivo Aragón y una temporada diferente
El equipo de Larraz vive una temporada distinta a las anteriores. Si antes quiso soñar, ahora su objetivo es mantenerse. Está inmerso en un cambio generacional, en un camino habitual en todos los filiales. En el proceso ha encontrado nuevos talentos, las huellas de un futuro prometedor: Hugo Pinilla y Hugo Barrachina forman parte de esa ecuación. Mientras tanto, en el Deportivo Aragón perviven otros futbolistas a los que el salto se les ha negado: Pablo Cortés o Chema Aragüés se mantienen en la sombra, sin que el fútbol pueda explicar algunos de sus destierros.
Otros jugadores están hoy más cerca del primer equipo, con Hugo Carrillo, Yussif Saidu, Jaime Vallejo, Marcos Cuenca o Guillermo Acín como ejemplos. Y quizá los últimos forman parte de una categoría distinta, de jugadores en la madurez ideal. Marcos Cuenca y Guillermo Acín, protagonistas del triunfo del Deportivo Aragón en Calahorra, merecen hoy un capítulo aparte.
Marcos Cuenca, regate puro
El fútbol de Marcos Cuenca siempre se explicó a través de una jugada. De izquierda a derecha, regatea en busca del disparo. Así llegó su segundo gol ante el Calahorra y también su proyección hacia el fútbol profesional. En esa acción se resumen los mejores secretos de su juego. Todo el mundo supo siempre lo que iba a hacer, pero nadie supo cuando. Zigzag. Y cuando pestañeas ya se ha ido.
Guillermo Acín, un portero diferente
Guillermo Acín hizo suya la portería en la UD Montecarlo antes de llegar al Real Zaragoza. Distinto ya de niño, siempre tuvo un golpeo de balón magistral, que le llevaba a abandonar la portería, a probar suerte desde la larga distancia. Sus compañeros de entonces recuerdan que disparaba ya desde el saque de centro y que marcaba una decena de goles por temporada.
Hoy mantiene ese pie y un empeine diferente y parece un portero contracultural. Hecho de reflejos, gato en un tiempo de gigantes, su mayor debilidad está en el juego aéreo. Pero también en esa suerte destaca por su valentía y sigue pareciendo un portero diferente. Frente al Calahorra detuvo el tiempo en una mano magistral, que le dio aire y sirvió para asegurar el resultado. Un tiempo antes y unos minutos después, Marcos Cuenca puso el sello del Deportivo Aragón ante el Calahorra.