Marcos Luna está apostando por el Real Zaragoza como la persona que lleva jugando con el mismo número a la lotería más de cincuenta años. Con una propiedad en la que el peso de la cantera, de momento, es más cosa de ‘boquilla’ que de hechos, el lateral derecho ha desestimado a Fútbol Club Barcelona y Atlético de Madrid tras haber disputado 48 minutos con el primer equipo a lo largo del curso. Precisamente, en un año en el que no ha dejado de recibir reveses.
La recurrente presencia de Marcos Luna en las convocatorias del Real Zaragoza ha terminado condenando su tiempo de juego en el Deportivo Aragón: actualmente es el penúltimo defensa en cuestión de participaciones y Juan Sebastián ha aprovechado el vacío en el costado diestro para hacerse con la titularidad. Igualmente, la apuesta insustancial de Carcedo y Escribá por él le ha llevado a ver como futbolistas reconvertidos le adelantaban en la carrera por el puesto.
No obstante, Juan Carlos Cordero, en la rueda de prensa post mercado invernal, manifestó su alegría por mantener al canterano: “Estamos contentos por quedarnos con un jugador con mucha proyección y porque haya decidido no forzar su marcha y quedarse con nosotros”. Igualmente, puntualizó que la decisión fue consensuada entre la dirección deportiva, el entrenador y el propio futbolista: “El míster me comentó la idea de que no saliera. Yo lo vi igual y el jugador decidió quedarse. Tiene mucha proyección”.
La disputa en el lateral derecho, una discusión recurrente
En el debate sinfín del lateral derecho, Larrazábal parte incomprensiblemente con ventaja ante la lesión de Gámez y el ‘caso Vigaray’. El ‘12’ blanquillo se ha asentado en una posición inédita para él, ya que, realmente, ni en Amorebieta jugó ahí. Con el conjunto vasco, el ex del Athletic Club destacó como carrilero, con una línea de tres centrales que corregía de forma constante los huecos a la espalda que dejaba el actual jugador del Real Zaragoza y que, a su vez, le liberaba de un gran porcentaje de labores defensivas.
Pero si hay algún club capaz de tropezar con la misma piedra, ese es el Real Zaragoza. Podríamos retrotraernos un año atrás y estaríamos en la misma situación: los aragoneses han vuelto a caer en la trampa de las reconversiones. Como en su día con Francés cuando Ángel López llamaba a la puerta del primer equipo.
Alternativa ante la Ponferradina
Marcos Luna, contra todo pronóstico (no por méritos de Larrazábal, sino por empecinamiento de Escribá), volvió a jugar contra la SD Ponferradina. Fueron 21 minutos y como revulsivo. El cambio en el lateral, por mucho que el ex del Athletic Club viniera de cometer un grosero fallo táctico en el gol del Sporting la semana pasada, era una posibilidad más real en los sueños de los zaragocistas que en la cabeza del entrenador, que se mantuvo en sus trece.
El choque ante el cuadro berciano trajo un nuevo golpe de realidad: los laterales del Real Zaragoza restan más que suman en el cómputo global y tanto Larrazábal como Fuentes firmaron un encuentro de muy bajo nivel. Escribá tiene ahí el enésimo punto de inflexión en una zona tremendamente débil de la plantilla maña. Y viendo el rendimiento, ¿tanto cuesta abrir el portón del primer equipo cuando hay un enorme prospecto aporreándolo?