ZARAGOZA | El Real Zaragoza afronta ante la SD Huesca un partido vital, la final de sus finales. Y mientras intenta olvidar el drama de Levante, Gabi Fernández espera regresos y se plantea una dupla distinta.
El duelo del Ciutat de Valencia ofreció una pista. En un partido plagado de derrotas, en el marcador coincidieron dos de los futbolistas más valorados por la afición. Pau Sans y Mario Soberón le pusieron maquillaje a un duelo perdido desde muy pronto. Y, al margen del resultado, entre ellos se escribe una ecuación prometedora: el olfato de Mario Soberón y el regate de Pau Sans.
Mario Soberón, en el nombre del gol
Pocas suplencias extrañaron tanto como la del delantero cántabro. Titular siempre que estuvo disponible, Alberto Marí ocupó su lugar en el ataque. El equipo se acabó pronto con él, en una idea que se ha repetido durante todo el curso. El Zaragoza cambió su rostro con la entrada de Mario Soberón, que se medía al Levante, una de sus estaciones de paso. Nunca cuajó en el filial granota, pero siempre tuvo y tendrá intuición. Mucho tiempo después, ya ha alcanzado los dobles dígitos y suma cuatro goles desde su regreso. Sigue sin estar fino o veloz, pero en el área cobra sentido todo lo que hace. Y el gol es su lengua materna.
Pau Sans, regate y calle
Si la suplencia de Soberón extrañó, la ausencia de Pau Sans parece ya imposible de justificar. Atrevido y descarado, Pau Sans representa el valor de algo distinto. Si sus compañeros parecen atenazados, en pleno bloqueo, Sans juega al fútbol sin mirar el reloj. Con una sonrisa. Como si el fútbol pudiera ser infancia, desparpajo y rebeldía. Como si el temor de todos pudiera combatirse con los regates de uno. Y en el Real Zaragoza nadie tiene menos miedo que Pau Sans.
Mario Soberón y Pau Sans, un tándem por estrenar
Si en el área nadie es mejor que Mario Soberón, Pau Sans es el mayor atajo hacia ella. Vertical e insolente, pelea contra una etiqueta, la de revulsivo y agitador de los encuentros. Y desde el once ya ha hecho actuaciones que deberían servir para ganar ese partido. Conviene recordar una cosa: uno no puede dejar de ser algo si no le dan la ocasión de mostrar que puede ser todo lo contrario. Ante la SD Huesca, una parte de la afición espera que Pau Sans pueda actuar en su lugar natural, lo más cerca de Soberón que se pueda.
En un equipo que ha ensayado mil fórmulas, la mezcla entre Mario Soberón y Pau Sans todavía no ha sido probada. Y hoy es la dupla más deseada.