“Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar”, ya lo decía Machado. Y atacó Pintanel, de lejos, muy lejos; soñó Marta a orillas de la ría en las carreteras de Avilés. Un ataque, como se dice siempre, de esos que primero se hace y después se piensa. No pensó, soñó. Un Alberto Contador en toda regla, y como él, disparó certero.
Con escuadra y cartabón miró de lejos la meta la del Stadium Casablanca, atacando desde lejos y quedándose contra si misma. Pintanel y el cronómetro ya desde la primera zancada de la 5K. Y por detrás todas preguntándose cuándo claudicaría, quién sería la valiente que le daría alcance. Resulta que la llanera solitaria hizo bien las cuentas aunque acabó pidiendo la hora.
Las grandes sinfonías las tocan orquestas pero se componen en solitario. Marta tomó la batuta bajo la sombra del edificio de Niemeyer. El grupo perseguir acabó dándole caza. Todo el conjunto unió fuerzas en busca de la rebelde. Cuando tocó sufrir, lo hizo. Es en ese momento cuando se refleja el pundonor. Tras una escapada, si te pillan, toca castigo. Pero aguantó y pensó solo en correr. Ahí estuvo la clave.
Si quieres correr junto a Pintarel ya vas tarde. Sus compañeras de viaje solo lograron seguir su estela y sufrir por la plata. Marta ya era de oro pese al cansancio acumulado.
Marta cursa el primer curso de la carrera de medicina. Sabe lo que es trabajar duro, no solo en el deporte. Ahora ha cumplido uno de los objetivos de la temporada acompañada de su entrenador Alejandro García, su familia y sus amig@s. Marta seguirá ahora soñando y haciendo despertar al triatlón aragonés.
Jorge Tolosa