“Es un hasta luego, no un adiós”. El entrecomillado es de Martí Vigo. El fondista de Sesué (Valle de Benasque) ha decidido frenar su progresión en la elite española de este deporte. Tiene 21 años, compite al más alto nivel desde hace seis. Ya venía masticando desde hace un tiempo esas sensaciones distintas. La dura vida del deporte de elite pasa factura. La satisfacción por estar en unos Juegos Olímpicos, en el circuito de la Copa del Mundo, de la Copa de Europa es el resultado de duros entrenamientos, de muchos viajes, de muchos sacrificios para quien es un competidor nato. Y es que Martí Vigo solo entiende el deporte “exprimiéndome al máximo”. La clave para todo ello, el contenedor de todo ello, se resume en una palabra: disfrutar. La realidad es que Martí ya no disfrutaba como antes.
Este verano ya ha sido distinto a otros. Su entrenador y persona de máxima confianza en el mundo del fondo, el italiano Franco Puntel, detectó esa falta de chispa. Martí es uno de esos tipos de voz suave y decisión firme. El deporte le apasiona y va a seguir entrenando porque “me encanta”, incluso va a participar en marchas de fondo de carácter internacional. Pero quiere repensar. Por eso dice que es un “hasta luego”, que no es una decisión “firme”. Tiene claro, por ejemplo, que quiere acabar sus estudios de fisioterapeuta en la Universidad de Lérida, que quiere saber qué es eso de estar tiempo en casa. Y es que en el último año desconoce lo que es pasar un mes seguido en el calor de su hogar.
“Llevaba un tiempo meditando la decisión. Entrenaba, pero sin la motivación de antes. Y no disfrutaba. No me gusta estar por estar, así que lo mejor es abrir este paréntesis y ya veremos”, acota. Después de su entrenador, el siguiente paso fue comunicárselo a la Real Federación Española de Deportes de Invierno (Rfedi). Se lo dijo al presidente, May Peus España, y al director deportivo, Olmo Hernán. Fue hace dos semanas.
En casa, su madre y su hermana le apoyaron. “Les dio pena la decisión, pero quieren que esté bien”, subraya Martí quien, por cierto, también tiene una gran calidad con la bici de las ruedas flacas. “No tengo intención de competir, pero sí que me gusta salir. Tenemos un grupo bueno y alguno se pica pero lo pasamos bien”, y lo dice entre risas. Y Martí Vigo no es de reírse si no hay confianza. No descarta estar en la línea de salida de la Quebrantahuesos o de pruebas en ruta similares. No competirá, pero seguro que hará buen tiempo.
Mientras tanto, mientras acaba sus estudios de fisioterapeuta, mientras recobra cierta tranquilidad de vida a sus 21 años y espera (o no) que vuelva a crecer el gusanillo de colgarse un dorsal, cerrar los ojos, concentrarse y salir a por la meta dándolo todo seguirá haciendo el pino en cualquier sitio que pueda.