Martí Vigo apura entre Lérida, por estudios, y su casa de Sesué, en el valle de Benasque, los días libres que le deja una temporada de fondo extenuante y con grandes logros.
Acabó ya la competición y está fuerte. Sigue fuerte. Para muestra un ejemplo colgado hace unos días en su muro de Facebook. Salió con un amigo de excursión con los esquís de travesía y acabó en la cima del Aneto. Martí Vigo mantiene esa aureola de promesa del esquí de fondo nacional. Quizá lo más lógico sería suprimir ese adjetivo. Pero mientras compita como junior igual hay que mantenerlo. A fuerza de resultados, el fondista de Sesué (Valle de Benasque) mantiene esa etiqueta con el mismo tesón que anima a quitarla. Acabó la temporada de fondo en el Top 10 del Mundial Junior celebrado en Estados Unidos, tres carreras en el Top 10 de la Continental Cup y tres Top 15 en esta misma competición. A sus 19 años habla con el mismo tono que cuando empezaba a llenar su habitación de medallas y trofeos. Y de eso hace ya unos años. Si algo no se le ha subido es el éxito a la cabeza. Será el carácter montañés de un tipo que sigue dando las gracias cuando le haces una entrevista.
Martí arrancó esta temporada con el objetivo de estar “una o dos veces en el Top 15 de la Copa de Europa, y he estado 3 en el Top 10 y otras tres en el Top 15 por lo que ha sido mucho mejor de lo esperado. Y en el Mundial esperaba estar en el Top 30/35 si tenía un buen día y llegué el 14 con lo que es una auténtica pasada”, precisa. Y en tiempos muy cercanos a un podium que peleó durante mucha carrera del Mundial celebrado en Utah (Estados Unidos) con los puestos de privilegio. Acabó a pocos segundos del Top 10 y a poco más de un minuto del campeón.
Esta campaña ha sido novedosa para Martí Vigo porque ha corrido bajo el paraguas de la Real Federación Española de Deportes de Invierno (Rfedi) lo que, se quiera o no, suma más presión a su trabajo. “La verdad es que he entrenado muy bien. Ha habido mucha disciplina y constancia. Esta temporada he aprendido mucho”, señala el corredor de Sesué que espera seguir en el Spainsnow y “por bastantes años”. “La presión existe, porque se espera mucho de uno. He entrenado lo mejor que he podido y he dado lo máximo que he podido. Como todo ha salido bien, pues genial”, señala.
Tras una temporada marcada por los viajes en avión y furgoneta y las competiciones, la vuelta a casa supone dedicar horas a la otra parte de su vida -además de la familiar- como es la de sus estudios de fisioterapia en Lérida.
De cara a este verano quiere preparar pruebas de kilómetro vertical y otras de trail con kilometrajes suaves. La actividad, eso sí, no para. Vacaciones tiene un par de semanas, pero de descanso activo y luego ya vuelta de forma progresiva a los entrenamientos para un nuevo invierno. Su objetivo es hacerlo cada vez mejor. Ambición tiene, poderío también.