Martí Vigo ha cerrado el año con un séptimo puesto en la prueba de la Copa de Austria sobre una distancia de 15 kilómetros, en la modalidad skating y en la que ha sido su primera prueba de la temporada. El esquiador de Sesué (Valle de Benasque) ya está de regreso a España, donde esta temporada tiene su cuartel general, y durante los próximos días entrenará para su próxima cita, en la prueba de la Copa de Europa que se va a celebrar en la república checa.
No es fácil esta temporada para el altoaragonés. Un virus le pasó factura hasta el punto de cortar su preparación. Esto implicó que la pretemporada no fuera tan hilvanada. Hasta que se detectó el virus que le impedía marcar tiempos y entrenar al ritmo adecuado hubo una alta preocupación. Una vez que se supo y se determinó la causa de sus bajones todo fue mejor.
Y por eso esta séptima plaza le ha sabido a gloria. “La verdad es que ha sido una muy buena carrera y estoy muy contento”, en una valoración exprés pocos minutos antes de ir al hotel para partir desde allí al aeropuerto. La carrera disputada en Villach, una estación de buenos recuerdos, ha sido “mejor de lo esperado”. “Me ha faltado aguantar a una intensidad alta, pero las sensaciones han sido muy buenas teniendo en cuenta que ha sido la primera de la temporada y que he estado malo”, añadió.
Los 15 kilómetros skating han sido sobre un circuito “con muy buenas condiciones, en una pista rápida y sobre buenos esquís. Así que todo en orden”, deslizó entre risas. Su compañero de selección Imanol Rojo ha sido tercero.