Martí Vigo ya recupera su fortaleza física en Tarragona tras participar en el duro Tour de Ruanda. Ha sido su segunda puesta de largo. Tras las carreteras de Turquía, su equipo, el Androni Giocattoli fue al país africano. Otro paso más en el aprendizaje del de Sesué sobre la bici de las ruedas flacas. Una prueba de ocho etapas, con mucha montaña, muchos repechos, calor, lluvia y, especialmente, altitud. “La verdad es que ha sido muy duro. En todas las etapas hemos estado en los 2.000 metros de altitud y dormíamos a 1.600. Ruanda es un país muy montañoso y ha costado recuperar entre etapas”, acota Martí Vigo en conversación con sportaragon.com.
Ni que decir tiene que la montaña no asusta al corredor del Valle de Benasque, pero cuando pasas mucho tiempo a nivel del mar como es su caso -vive desde hace cinco meses a nivel del mar-, la altitud la notas, “pierdes toda adaptación a la altitud. Además llegamos un día antes del inicio de la competición por lo que ni pudimos aclimatar”, explica Martí Vigo.
En Ruanda su equipo ha estado con cinco corredores. Su trabajo el de estar atento a su jefe de filas. El colombiano Jhonatan Restrepo, cuatro años con ‘Purito’ en el Katusha, era la principal baza de la escuadra. En la anterior edición ganó cuatro etapas, en esta ganó la crono y se encontraba bien posicionado, pero una caída y un pinchazo en la última etapa le privó de optar a la victoria en la general.
El calendario de próximas carreras no lo tiene definido. Tan solo cierta posibilidad de disputar alguna prueba en Francia, pero nada hay confirmado. La temporada la enfoca en un puro aprendizaje, saber cómo hay que colocarse, cómo rodar en el pelotón y saber cuándo hay que gastar las energías. “Me falta experiencia. La verdad es que gasto mucho cuando no debo. Los primeros meses de competición me vienen bien para aprender e ir poco a poco haciendo más cosas”, explica el de Sesué.