Si hay algo que en lo que el Real Zaragoza destaca es su afición. Siempre fiel, acude a La Romareda casa fin de semana con la intención de dejarse la garganta animando a su equipo. Este año, además de ese activo, ha aflorado la ilusión con nombre propio: Víctor Fernández. La vuelta del hijo pródigo a Zaragoza ha hecho desbordar la ilusión en el sentimiento banquillo. Si hace unas semanas Lalo Arantegui confirmaba que se había superado el número de 28.000 abonados, Víctor reafirman esa cifra y se aventuraba a decir que son cerca de 30.000 los abonados del Real Zaragoza. Con una campaña de abonados directa al corazón de los aficionados y una ilusión tremenda por el ascenso, los números en lo que abonados se refiere sólo se asemejan a los del año 2004, cuando el equipo estaba en Primera División.
La dinámica del equipo invita a soñar en grande. En estos 4 partidos el equipo ha conseguido 3 victorias y 1 empate, dejando unas sensaciones dignas de un equipo de la parte alta de la tabla. A ello se juntan la ilusión de nuevos fichajes como Shinji Kagawa o Carlos Vigaray, que se ha consagrado como uno de los mejores laterales de la categoría.
El club tuvo en consideración las peticiones de la afición y para ello mantuvo los precios, como hará el año que viene, dando igual la categoría que dispute el equipo. “Me duele el corazón” fue la frase utilizada por Víctor para comentar su renovación. A los 29.000 abonados del equipo blanquillo también, por ello la ilusión aflora como nunca.