Michel plantea bien los partidos coloca sus peones correctamente y el equipo sale al campo bien plantado. A partir de ahí solo la suerte tiene influencia en el resultado final del partido. No sabe controlar el partido. No sabe nada del ‘otro futbol’ y, por tanto, no exige a sus jugadores que lo apliquen.
Invariable en su sistema no es capaz de reforzar su defensa y sigue contumaz en su error de sacar delanteros que no tiene aún con un resultado favorable. La directiva puede hacer lo que crea, es su derecho y su responsabilidad, pero con este entrenador nos vamos a Segunda de cabeza.
Y no eximo a sus jugadores por el final de Granada. Falta de oficio evidente, sí, pero una pregunta ¿Cuántos de nuestros defensas sobrepasan los 190 centímetros de altura? Solo Siovas, y por arriba nos comen todos los equipos. El secretario técnico tiene mucho que ver.
Desilusionado, decepcionado y lo peor es que no veo salida a este ‘Día de la marmota’. Con otro entrenador, algo de ilusión volvería… Rubí sigue en paro, por cierto, y nosotros últimos e incapaces de ganar a nadie. Eso sí, nuestro míster, arrogante en rueda de prensa.