El inminente derbi será más ilusionante e intenso que cualquier otro disputado: a menos de 10 jornadas para finalizar la Liga, ambas escuadras se juegan mucho y una derrota podría significar perder cierta ventaja sobre sus respectivos rivales.
El Huesca, que no pudo disputar su último partido por el incidente de Pelayo Novo, ha abandonado momentáneamente los puestos de ascenso directo, lugar del que no salía desde la jornada 12 de campeonato. Por su parte, el Real Zaragoza, con una gran segunda vuelta, ha conseguido meterse en la lucha por los puestos de ‘playoff’ en las últimas jornadas. Así, los dos equipos llegan con la victoria entre ceja y ceja si quieren seguir al pie del cañón de sus objetivos.
Las derrotas, casi devastadoras
Una victoria local significaría una piedra muy grande en el camino del conjunto oscense, que podría ver como los dos conjuntos con los que lucha por los puestos de ascenso directo -Rayo y Sporting- se le distancian a 3 puntos. Teniendo el golaveraje perdido con ambos, el Huesca dejaría de depender de sí mismo para lograr el idílico objetivo de subir vía directa a Primera División. En la clasificación, el conjunto altoaragonés podría perder un puesto como máximo, pero teniendo un partido menos que sus rivales, por lo que podría recuperarlo el próximo jueves ante el Albacete.
La derrota del Real Zaragoza resultaría más significativa. Los puestos de promoción están muy apretados en este tramo final. Tanto es así que los blanquillos podrían perder hasta 5 posiciones en la clasificación, bajando hasta la undécima, si caen en el derbi, algo que también significaría casi con total seguridad el acabar la campaña por debajo del Huesca.
Una diferencia de 9 puntos y golaveraje en contra -teniendo en cuenta que el conjunto oscense tiene aún 3 más por disputar y podría ponerse a 12- a falta de 8 jornadas es prácticamente insalvable. Los de la capital aragonesa tendrían que encadenar 4 victorias y un empate y los oscenses 6 derrotas -contando la de La Romareda- para que los de Natxo pasaran a los de Rubi en la tabla, a falta de 3 partidos para el final del curso.
El empate, ¿un mal menor?
Para los azulgranas, firmar las tablas en un campo complicado, en la recta final y tras la mala racha acumulada, no sería ni mucho menos un desastre. El empate posibilitaría al Huesca el depender de sí mismo, puesto ganando al Albacete en el partido aplazado se colocarían líderes hicieran lo que hicieran Rayo y Sporting. El punto también garantiza a los de Rubi acabar terceros la jornada e incluso podrían ponerse líderes si sus rivales -los previamente nombrados- caen en sus respectivos partidos.
Los maños, con un empate, se mantendrían con los mismos puntos que dos de sus perseguidores -Oviedo y Osasuna-, con los que tiene, además, el golaveraje ganado.