Y pese a todo lo que le viene encima al equipo, el técnico del Bada Huesca ve el horizonte próximo de forma optimista. Es cierto que siempre hay tiempo para sufrir, pero si febrero ya de por sí daba cierto pánico por un calendario comprimido, los últimos aplazamientos no han hecho más que estrecharlo más. Los números son evidentes: 7 partidos en 19 días y cinco de ellos fuera de casa. Y, claro, los viajes tampoco serán al lado. Cangas, Torrelavega, Puente Genil y Benidorm salpican un calendario donde no habrá tregua.
Así las cosas, febrero se presenta como un mes terrorífico al que se le puede añadir el 2 de marzo, que es cuando se jugará contra Granollers. Por si fuera poco, Nolasco tiene bajas en la plantilla. A los lesionados Sergio Pérez, Alex Marcelo y Domingo Mosquera se suman los cinco jugadores con la Covid-19. De lo que le queda, dos son porteros. Así las cosas, es como tiene que preparar partidos.
En un principio y puestos a buscar alguna rendija por la que se cuele el optimismo, los aplazamientos podrían venir bien para que entraran en juego el central Sergio Pérez y el lateral Álex Marcelo. El primero tiene problemas de pubis, el segundo de rotuliano. El problema es que con partidos tan consecutivos y sin apenas descanso -el martes juega la vuelta de Copa del Rey en Cangas y dos días después en Irún tras pasar por Huesca- todo se complica. El gran deseo de Nolasco es que los jugadores con el virus lo dejen sin que apenas tengan desgaste físico.
Así las cosas, Nolasco prefiere ser optimista. “Si salimos bien de lo que se nos viene encima está claro que somos un equipazo”, desliza con cierto deseo de que la esperanza sea realidad.