A tres semanas del Ironman de Lanzarote, los cuatro triatletas que representaran a Mayencos en la prueba conejera comienzan su fase de puesta a punto. Mientras Luis Lardiés y Fran Cubero prefieren acumular kilómetros, Héctor Carrión y Luis Escalante escogían sendas pruebas como parte de su preparación.
Pero no serían ellos los únicos “mayencos” que iban a competir este fin de semana.
Héctor en el III NutriSport Half-Triatlón de Sevilla
El canario de Mayencos, afincado en Cádiz, elegía una prueba sevillana para realizar su último test importante de cara al Ironman de Lanzarote, concretamente un triatlón sobre la mitad de distancia que tendrá que afrontar en la isla: 1900 metros de natación, algo más de 90 km de ciclismo y 21 km de carrera a pie. Se trataba de la tercera edición del Half-Triatlón de Sevilla, con más de 400 participantes en categoría masculina.
La temperatura del agua no permitió el uso del neopreno, algo que iba a penalizar a Héctor, al no ser buen nadador. La natación iba a ser a dos vueltas de los 900 metros que medía un rectángulo señalizado con boyas. La gran aglomeración de atletas en la primera boya provocó cierta tensión que se iría aliviando en sucesivos pasos de boya. Carrión, que afrontaba el segmento con el objetivo de darlo todo en el agua, saldría en un tiempo de 34:28.7, lo que suponía un ritmo de 1:49 cada 100 metros, un buen precedente de cara a Lanzarote, donde con el traje de neopreno, Héctor espera nada a 1:45/100m.
Algunos problemas con el vestuario retardaría al de Mayencos en la transición, otro punto del que tomar nota para el futuro. Tras coger la bicicleta, salida por el Parque del Alamillo para afrontar unos 4 kilómetros iniciales de curvas y un recorrido enrevesado por el interior del parque. El resto del circuito, con bastantes toboganes y alguna subida más larga, no resultaba excesivamente duro, pero sí muy variado. El viento y calor se encargaron de dar la dureza que le faltaba al recorrido de ciclismo. Héctor no se siente cómodo en los primeros kilómetros sobre la bicicleta, pero a partir del 40 cuando comienza a tener mejores sensaciones y disfrutar. Alguna experiencia más con el material y el avituallamiento serviría a Héctor para extraer conclusiones de cara a su próximo Ironman.
A pesar de haber llevado un buen ritmo, Héctor termina relativamente cómodo, con 2 horas y 55 minutos en los 94 km de ciclismo, a 32 km/h de media, quedando la positiva impresión de que a medida de que pasan los kilómetros el rendimiento va siendo mejor, algo positivo de cara al Ironman de Lamzarote.
Ahora sí, transición rápida y comenzar a correr con el temor de cómo iba a responder la fascitis que arrastra desde hace ya algún tiempo el triatleta de Mayencos. Pero las molestias plantares no iban a quedar en segundo plano por el flato que, desde el segundo kilómetro de la media maratón, obliga a Héctor a bajar el ritmo, algo que le acompañará, con mayor o menor intensidad, hasta la meta.
Comienza un juego de aceptar la situación y de no perder el control mental, debiendo recurrir a tácticas de plantear pequeños objetivos para poder terminar. El mal tiempo de este tercer segmento, dos minutos superior a las dos horas, a un ritmo de 5’53”/km, unos treinta minutos más de lo que sería una marca normal, da una idea del esfuerzo que supuso llegar hasta el final, terminando en el puesto 166 con 05 horas 39 minutos y 16 segundos.
Si bien ha resultado una mala carrera a nivel general para Héctor, analizada de forma parcial aporta datos positivos que sin duda serán muy válidos en la cita de dentro de tres semanas.
La familia Escalante en el Triatlón de Madrid
Coincidiendo con la Copa de Europa de Triatlón y un clasificatorio en categoría élite para el Campeonato de España, que se disputó el pasado domingo 1 de mayo en Madrid, en la jornada previa se celebraban varias pruebas sobre las distintas distancias en categoría popular, compartiendo parte del escenario donde un día más competirían los élite y los internacionales.
En esta ocasión la representación de Mayencos Brico-Jaca Triatlón iba a correr a cargo de la familia Escalante. Mientras los peques de la familia, Nicolás y Juan, participaban en la categoría pre-benjamín, su padre Luis competía en distancia olímpica, para quién iba a ser la penúltima prueba antes del Ironman de Lanzarote, donde participará dentro de tres semanas junto con otros 3 triatletas de Mayencos.
En la mañana del sábado, reservada para las pruebas de las categorías absolutas, amanecía Madrid cubierta por una densa niebla, consecuencia de las tremendas tormentas eléctricas que se produjeron en la noche del viernes y que habían dejado empapada la ciudad. La humedad y la niebla hacían mas frío el ambiente, lo que despejó las dudas sobre el uso del neopreno, marcado como opcional tras la medición de la temperatura del agua.
Éste es uno de los fines de semana con más tradición en el triatlón español, en el que confluyen en la Casa de Campo madrileña triatletas de todas las edades y niveles deportivos, que se encuentran un gran nivel organizativo.
Luis Escalante, con el dorsal 6, saldrá en la primera tanda, nadando con buenas sensaciones, aunque a decir del GPS, el rumbo seguido no había sido el mejor, recorriendo más metros de los 1500 marcados.
Tras salir del agua con relativa comodidad, el de Mayencos realiza una rápida transición al ciclismo. Primera vuelta con cautela, para ir aumentando el esfuerzo hasta encontrar su ritmo. Luis evita el ir en grupo, lo que le hará perder algunos puestos, para reproducir la situación de carrera del Ironman de Lanzarotes, dónde no se permite ir a rueda, a la vez que para minimizar el riesgo de caídas. A pesar de ello, realiza una media de 30 km/h, que se puede considerar buena para ir en solitario y en un circuito duro como el de la Casa de Campo, 5 vueltas a un circuito con subida y bajada a Garabitas.
Tras dejar la bicicleta, Escalante comienza su mejor segmento, la carrera a pie, donde comienza a sentirse muy bien, con un ritmo de unos 4 minutos por kilómetro, y tras finalizar las cuatro vueltas al circuito entraría en meta con un tiempo de 2 horas y 28 minutos, y muy satisfecho con su actuación.
Pero las emociones no iban a acabar aquí, ya que por la tarde se iban a celebrar las carreras infantiles, donde los pequeños de la familia iban a participar en un duatlón, lo que iba a significar su debut en este deporte,
Tras preparar dorsales, bicis y cascos, toca ir a la transición, donde jueces y voluntarios les ayudan a colocar todo en su lugar. Con la motivación por las nubes, Nico y Juan presencian la carrera de los benjamines, que les da algunas pistas sobre el funcionamiento de este divertido deporte. Aunque surgen algunas dudas, inevitables en un debut, la consigna está clara: disfrutar. El trabajo en las distintas escuelas de triatlón va dando sus frutos, y empieza a verse cierto nivel en las categorías inferiores, aunque la parte negativa tal vez llegue por una excesiva exigencia por parte de algunos padres. El buen diseño del circuito, donde los niños van guiados en todo momento, permite a los padres seguir la carrera en los distintos tramos. Aunque en ocasiones el desánimo se apodera de algunos pequeños, los ánimos del público les hace sobreponerse y superarse, y finalmente es la felicidad lo que les inunda cuando entran en meta, como atestiguan las imágenes, cerrando una gran jornada de familia, amigos y deporte.
[ad name=”Anuncio para Artículos”]