Me van a tener que perdonar los que no estén de acuerdo con estas líneas, seguro que los habrá, pero no puedo dejar pasar la oportunidad, sobre todo estando donde estamos todos, de comentar algunas cosas.
Me van a tener que perdonar todos aquellos que dedicaron los primeros 45 minutos del partido entre el Huesca y el Alcorcón a pitar y reprobar la actuación de Alexander González. Porque más allá de que no estuviera acertado en fases del juego, creo que el partido demandaba otra cosa. Demandaba apoyo de la grada a un equipo que en contra del viento y ante un muy digno rival, se encontró incómodo y sin ideas, y los pitos de algún sector, creo que contribuyeron poco a mejorar esa situación. ¿Por qué los que silbaron a Alexander en el primer tiempo, le aplaudieron en el segundo donde rayó a un nivel aceptable? ¿De verdad creen que con su actitud reprobatoria ayudan a mejorar? Les confesaré que Alexander no es uno de mis favoritos, y que sí, alguno de los futbolistas del Huesca me desquicia, pero en medio del partido no seré yo quien le abronque porque creo que no conduce a nada.
Me van a tener que perdonar los muchísimos aficionados que cuando pitó el árbitro enmudecieron, como si el empate fuera una miseria, como si el para el Huesca sumar un punto el domingo fuera una aberración, un auténtico desprecio. ¿Saben ustedes de dónde venimos? ¿Saben lo que había hace solamente 3 años por poner un ejemplo? ¿De verdad estamos para que parezca que el punto del domingo era un mal resultado? Entiendo que todo el mundo llegara a El Alcoraz con la ilusión de que sumando 3 puntos el ascenso se rozaba, pero había que ganar, y ganar no es fácil.
Me van a tener que perdonar los que el sábado se fueron a la cama pensando que el Huesca estaba ya en primera. ¿Creen de verdad que esto es salir al campo, dar 3 pases y marcar 3 goles al rival? ¿Piensan que el rival de turno, se juegue mucho o poco, se va a dejar doblegar? Están muy equivocados, porque no sólo el Huesca no ganó, sino que Rayo y Sporting se quedaron sin sumar teniendo rivales que siguen en puestos de descenso y todavía viendo como el viernes el Numancia, y el domingo el Nástic, tiraban por tierra buena parte de las opciones de alcanzar sus objetivos perdiendo en casa de rivales ya descendidos.
“Lo que está haciendo el Huesca es algo de magnitudes extraordinarias”
Si escucharon a Rubi tras el partido, recordarán que dijo: “Tiene mucho mérito lo que estamos haciendo, cuando el que va en el puesto 15 ó 16 es quien más nos ha complicado el partido en una primera parte.”
Por eso estoy ligeramente decepcionado, porque la primera sensación del aficionado en el campo fuera la de que el empate sabía a poco cuando en verdad sigue sabiendo a gloria.
Créanme cuando les digo que lo que está haciendo el Huesca es algo de magnitudes extraordinarias, y de que no somos conscientes de lo que estamos viviendo, jugadores, afición y entorno más inmediato.
No hagan demasiadas cuentas: es cierto que si el Sporting no gana en Tenerife la cosa estará mucho más fácil, pero como les dije una semana antes: “Lo que haya por delante o venga por detrás, no nos debe afectar ni preocupar”.
“Ganando dos partidos el Huesca es equipo de Primera, y les aseguro que ninguno será fácil”
Por eso, creo que es mejor animar que pitar, mirar al presente y no al futuro más inmediato y vivir este sueño fantástico que nos están regalando, y disfrutar desde la humildad y no de la soberbia de esta situación, que envidian muchos clubes de la categoría. Con la humildad y los pies en el suelo se llega a todos los sitios, con una pizca de soberbia ya ven: damos por malo un empate fantástico porque sólo nos conformamos con la victoria.
Cuidado, generalizar también es malo. Muchos animaron en lugar de pitar. Quizá hubiera sido necesario hacerlo con más fuerza y en más ocasiones, pero tampoco quiero ponerme muy quisquilloso con este tema.
Sueñen en presente, no en futuro. No se molesten si el Huesca sale en grande o en chiquitito, porque los de Rubi hablan en el campo, y allí las portadas no llegan ni a papel mojado.