La SD Huesca comienza su ruta de vuelta a Primera División de la mejor manera posible en Las Palmas. Los de Michel plantearon un partido muy serio, con conceptos muy claros y lograron batir a un rival que parecía firmar el empate dada la situación actual de la ciudad y de la plantilla.
Álvaro Fernández (7): Seguro. Salió bien de puños cuando hubo que salir y se mostró seguro en los tiros que le hicieron, blocando o siguiendo con la mirada los que se iban fuera. Pese a su juventud, el meta no se amedrentó ante el debut liguero y dio seguridad atrás.
Miguelón (8’5): Descarado. Atacó cuando había que hacerlo, defendió sin mayores problemas y demostró que tiene cualidades para ser de lo mejor de la categoría en su posición. Su regate y velocidad sumaron mucho al estilo de Míchel y le hicieron marcar las diferencias en su banda junto a Raba.
Pulido (8): Sólido. Apareció cuando tenía que aparecer. Dio una sensación de soberbia enorme mientras defendía. Llegó al corte con seguridad, no se vio superado en ninguna ocasión y además sumó en la salida de balón. Es la piedra defensiva sobre la que Míchel articula el juego y encaja a la perfección con el perfil.
Hermoso (6’5): Debutante. Su temprana edad y su falta de experiencia en el verde se notaron. Cometió un par de errores y se puso con tarjeta muy pronto, pero la sangre no llegó al río. Sí dio seguridad por arriba e incluso se atrevió a jugar el balón. Da la impresión de que puede valer para el primer equipo como cuarto central.
MVP | Luisinho (9): Impecable. Su actuación puede haberle costado el puesto -de momento- a Galán, si es que lo tenía más o menos ganado por encajar mejor en el perfil que Míchel busca en los laterales. Defendió sobradamente, creó mucho por arriba y, pese a la temprana amonestación, no titubeó al robar balones. Fue el que el año pasado era en La Liga antes de su lesión.
Mosquera (8): Maestro. El gallego del Huesca dio una clase magistral sobre cómo distribuir el juego en Las Palmas. Cambios de banda al pie, juego sin asumir riesgos y tesón defensivo. A parte, sumó al ataque sacando bien los córners y las faltas.
Mikel Rico (7’5): Oficioso. En un perfil en el que extrañó verle, llegando mucho al área rival e incluso cayendo a banda en un par de ocasiones, Mikel no rindió tanto como podría haberlo hecho en su posición clásica. Sin embargo, luchó cada balón, lo dio todo e incluso estuvo cerca de anotar con un remate de cabeza. Quizás sea el jugador que menos encajó en el estilo que Míchel quiera para el Huesca en este primer choque, pero su trabajo en Las Palmas compensó lo demás.
Ferreiro (8): Clásico. Volvió el “Ferre7” que todos conocíamos. Velocidad y regates por banda, juego asociativo y buen hacer con el balón pegado al pie. Su participación en el gol fue clave.
Juan Carlos (8’5): Desatado. Cada vez que tocaba el balón era imposible quitárselo. Con regates, defendiendo con el cuerpo o con pases, la posesión estaba asegurada si pasaba por él. Le faltó llegar más arriba, donde podría haber hecho aún más daño.
Raba (7): Veloz. El partido, como lo que se vio de él en pretemporada, deja claro qué puede aportar el joven del Villarreal. fue muy vertical por banda, jugó y abusó de su punta de velocidad y de su buen regate para generar peligro. Quizá pecó demasiado de individualista, pero también entra dentro de lo esperable.
Escriche (8): Ansioso. Aportó mucho en el ataque pero su ansia de gol le costó al equipo alguna ocasión más clara de anotar. Bregó como el que más y dejó claro que tiene ganas de luchar por la titularidad.
Los cambios
Gallar (8): Renacido. Con el mal nivel ofrecido la temporada pasada, que hoy haya salido desde el banquillo y anotado da buenas sensaciones sobre lo que puede aportar de cara a esta temporada. Una vez en el mano a mano, dio seguridad de que lo iba a marcar.
Sergio Gómez (7’5): Prometedor. Salió por delante de Eugeni y para sustituir a Juan Carlos. Aportó energía, regate y descaro al equipo, sobre todo a la hora de crear juego y en la línea de tres cuartos.
Seoane (S.C.): Motor: Con los pocos minutos que jugó no le valió para entrar mucho en juego. Encima, no jugó en su posición idónea, sino que jugó algo más retrasado y con más galones defensivos.