Míchel sigue firme en su discurso, en su voluntad, en su ánimo y en su objetivo. No ha movido un ápice sus entrecomillados desde que empezara la temporada. El técenico de la SD Huesca ha pasado por los micrófonos de Cope Huesca en una extensa entrevista concedida a Pablo Barrantes. Ha rebatido los datos con datos. Y quizá, una de las sorpresas es que ha confesado que es una persona “bastante” caliente, enérgica, “soy escorpio”, ha dicho, aunque pueda desprender un temperamento opuesto cuando se le ve en el banquillo.
Míchel ha esquivado de forma directa cuando se le ha preguntado sobre su continuidad en el banquillo del Huesca más allá de esta temporada. Solo le ha faltado decir el célebre ‘no toca’. Se queda en el día a día y no quiere quedarse en otra cosa. Es más ha dicho que “no sé dónde vamos a quedar” cuando se le ha preguntado por cómo ve la recta final de esta campaña. El foco lo pone en el Fuenlabrada. Lo demás, ha venido a decir, sobra. No ha pronunciado en ningún momento la palabra ascenso y ha defendido que “nuestro objetivo es competir al cien por cien y ser cada día mejores. No sé donde vamos a acabar. Lo que me importa es este sábado. Todo lo demás son tonterías y solo sirve para distraernos”, ha reiterado.
Míchel, con el pie en pared
El entrenador del Huesca ha puesto pie en pared en varias ocasiones. Habla con la dirección deportiva del club, pero ha dejado claro que la última palabra siempre es suya. “La dirección deportiva hace su trabajo y como entrenador hago el mío. No hay acuerdos ni recomendaciones. Hablamos de fútbol, sí, pero a mí me han fichado para algo y sin confían en mi trabajo hago las cosas como a mí me gusta”, ha dicho. Almacenador de datos, Míchel se muestra convencido de que las cosas salen como él quiere con ese sistema de 4-3-3 y ha deslizado que se mostraría “flexible” en caso contrario. Eso sí “el día a día me da a entender que (los jugadores) están muy a gusto con la forma de trabajar”, ha afirmado.
Las once derrotas que acumula el Huesca no varían su filosofía y menos en una liga tan extremadamente competitiva que las diferencias en la zona donde ancla son mínimas. El 4-3-3 es (casi) innegociable. Al menos, ahora. Míchel ha esquivado al ser cuestionado por los resultados y ha tirado de números para defender su propuesta futbolística. “Somos un equipo que tiene que ir a lo concreto en nuestro concepto de juego”, señaló.
Ha negado que tenga algún problema con Miguelón y cuestionado sobre la compatibilidad de Mir y Okazaki sobre el prado, el técnico ha respondido que “las decisiones se toman siempre en función de lo mejor del equipo”, ha negado que le molestara la salida de Musto pese a que sabían que en esa posición iban a estar limitados y más cuando nadie vino para ocupar su espacio y ha rechazado que los rivales le hayan cogido la medida a su equipo.