“Si necesitamos tres goles para ganar un partido se nos va a hacer cuesta arriba”, acaba de decir Míchel en rueda de prensa tras el (2-2) del Huesca Extremadura. A juicio del técnico azulgrana, su equipo no ha impuesto sobre su juego porque si bien “con balón lo hemos hecho muy bien y hemos sido un muy buen equipo; y cuando no lo teníamos y el Extremadura ha jugado de forma directa y en segunda jugada ellos eran mucho mejores que nosotros”. El entrenador insistió en este punto. “Si queremos ser un equipo que esté arriba tenemos que defender todas las situaciones que nos genere el rival”. E insistió en que “sabíamos lo que nos iban a hacer. Incluso cuando ha salido Alex López todavía más, y no hemos controlado las segundas jugadas”.
Ganar en velocidad
Míchel defendió sus cambios en que quería ganar en “velocidad”. De esa forma buscó quitar el dominio del Extremadura y reconoció que no tenía recambios en el banquillo para defender el 2-1 que hubieran dejado los tres puntos en el casillero del Huesca. En relación al peso del calendario y la posible falta de oxígeno en la medular, el entrenador no cambio un ápice el discurso que mantiene desde que la plantilla quedó armada. “Tenemos lo que tenemos y tenemos una muy buena plantilla. Hoy hemos hecho 119 kilómetros. Hemos corrido mucho. No sé si algún jugador acabará la temporada mejor o peor, pero hoy no ha sido un partido de ritmo alto, sí descontrolado. Y eso no nos gusta nada”, señaló Míchel.
El técnico, preguntado sobre las consecuencias del empate, se refugió en que no sabe los puntos que se necesitarán para estar al final en lo más alto de la competición. “Pero está claro que si los demás suman más te alejas. Son 42 jornadas, queda mucho y no descarto a mi equipo, porque tengo confianza en ellos”, afirmó. El técnico del Huesca se mostró dolido “conmigo mismo” por no haber encontrado la solución para doblegar a un Extremadura que no ha hecho nada distinto a lo que Míchel se esperaba.