El Bada Huesca comienza a moverse en el mercado de fichajes en busca de recambios para una plantilla más competitiva y Miguel Espinha ha sido el primer nombre en confirmarse. El nuevo portero será el tercer portugués que defenderá la camiseta roja en la historia del club.
Nacido en Lisboa, tiene 26 años y firma parar las dos próximas temporadas. Con 190 centímetros de altura y 86 kilos de peso, llega como un gran refuerzo. Conformará con Dani Arguillas y Jorge Broto una portería muy solvente. Miguel Espinha llega al Bada Huesca después de pasar sus últimas tres temporadas con el Benfica, club que lo vio nacer. Además, ha sido internacional en categorías inferiores de la selección portuguesa.
Nolasco, su nuevo técnico, lo define como un jugador con “experiencia”. El hecho de haber jugado en el Benfica, en un club exigido para lograr títulos y con balonmano en competiciones internacionales lo convirtieron en un jugador apetecible. Su 36 % de paradas refrendan su calidad, que no su titularidad en el próximo Bada Huesca. “Aquí nunca se ficha a un jugador para ser titular. Eso se lo gana uno en el día a día”, subraya Nolasco tras recordar que el club solo se decantaría por fichar un portero si la oportunidad era como la de Espinha. “Dani Arguillas es un portero que cada vez va a más y Jorge Broto es un portero de futuro. En el Mundial Junior de Pontevedra fue valorado como el quinto mejor con datos”, subraya el técnico del Bada Huesca.
Plantilla perfilada
Este primer fichaje se suma a la lista de los que tienen contrato como son Alexander Tioumentsev, Adriá Pérez, Miguel Malo, Daniel Arguillas, Jorge Broto, Gerard Carmona, Alex Marcelo, Álvaro del Valle, Asier Nieto, Joao Pinto, Sergio Pérez, Iván Montoya y Rodrigo Benites. Se trabaja, además, en renovaciones y el equipo se apuntalará con un par de fichajes en un mercado donde el Bada partió con desventaja. Las plantillas se perfilan en enero/febrero, y la situación del equipo, en puestos de descenso, y la incertidumbre a raíz de la suspensión de la liga, no ayudaron
El club trabaja, además, en una pretemporada prevista que se inicie el 1 de agosto. Siempre bajo la sombra del coronavirus se diseña unas semanas de preparación donde también se quieren hacer tres o cuatro amistosos. El Torneo de Santander y el Billère galo se perfilan como escenarios para ajustar al nuevo Bada Huesca que mantendrá la esencia del de la pasada temporada.