Miguel Espinha fichó por dos temporadas y no le extraña la posición del Bada Huesca en la Asobal. El portero comparte puesto con Arguillas que con el joven Broto, conforman la última línea de defensa del siete altoaragonés. Espinha llegó el pasado verano procedente del Benfica. Las ligas española y francesa estaban en su punto de mira. Quería salir de Portugal, aunque sueña con defender el combinado nacional luso. “Lo bien que va el equipo en la Asobal seguro que ayuda a que tenga más visibilidad. Trabajo para conseguirlo, aunque aún no me han llamado. Ir sería genial”, afirma.
Estudiante de último curso de Gestión Deportiva, habla inglés y español además de portugués y no se plantea dónde puede estar en la temporada 2022/23. De momento, Huesca es el único espacio que ocupa su mente cuando piensa en balonmano. Como buen portugués echa en falta el mar. Más aún cuando te has criado a los pies del Atlántico y los portugueses siempre han tenido alma de marineros y exploradores.
La llegada a una nueva liga y a un nuevo club siempre provoca dudas. El paso de los partidos le ha dado cada vez más responsabilidad. Con la primera vuelta ya empaquetada hace un rápido análisis de lo hecho y comprobado. “Es una liga muy competitiva como me esperaba. Conozco mejor a mi equipo y cada día me siento mejor. Siempre he creído que tenemos un equipo de calidad y las tres primeras derrotas no eran la realidad del equipo. La mejora era natural. Estamos en una buena posición, creo que es merecida, tenemos que seguir así y acabar en el Top-5”, señala.
El muro del Bada Huesca tiene como protagonistas a Rodrigo Benites, Gucek -con el que se comunica en inglés- y Asier Nieto sin descartar a Adrià Pérez que de penúltimo está dejando, también, defensas con una gran intensidad. Espinha cada vez se siente más seguro con ellos. “Son muy fuertes, y en un sistema de defensa 6:0 es importante tener a jugadores grandes y pesados”, recalca. Nota que cada partido mejora el equipo, y no es fácil, cuando, además, siente que hay margen de mejora.
La relación con Dani Arguillas y Jorge Broto es de una competitividad “saludable”. Hay buen rollo. “Nos apoyamos unos a otros, porque eso es bueno para el equipo”, desliza. En su fichaje por el Bada Huesca, también jugó su papel Joao Pinto. Le preguntó al lateral sobre el club y la ciudad y “fue muy fácil decir que sí”. Pese a la pandemia aún ha podido conocer alguna localidad como Jaca y Barbastro y también ha estado por Zaragoza. Joao Pinto y Rodrigo Benites fueron sus introductores en un vestuario donde desde hace tiempo ya es uno más.
El futuro deportivo ni se lo plantea. Y cuando se le pregunta por esta Asobal, por seguir en la zona más noble de la clasificación que abre las puertas al regreso del BM Huesca a Europa, no orilla los sueños, aunque con cabeza. “Lo que tenemos es ganas de ganar, pero quedan muchos partidos y difíciles. Lo que debemos tener es esa ilusión, intentar ganar todos los partidos posibles y acabar en posiciones para ir a Europa que sería genial para el club, para la ciudad y para nosotros”, subraya.