Miguel Linares fue el héroe del Real Zaragoza en el partido ante el Almería. Pese a ser el único delantero puro de la convocatoria, Víctor Fernández optó por dejar al aragonés en el banquillo en el inicio del partido. Sin una referencia ofensiva, el Real Zaragoza apenas pudo generar peligro. Víctor decidió introducir a Pombo como delantero, escudado por Soro y Kagawa. Todos con un buen manejo de balón y una gran calidad en sus botas. Sin embargo, ninguno de ellos capaz de sorprender al espacio. Y sin esa alternativa, el Real Zaragoza se convirtió en el mismo equipo plano y previsible que llevaba siendo varios meses atrás.
No fue hasta la hora de juego cuando Víctor Fernández decidió mover ficha y dar entrada a Linares. Una alternativa al juego de posición y que tan fácil de defender era para el Almería. Y si el fútbol se trata de algo, es de sorprender al rival. Cinco minutos tardó Linares en hacer lo que mejor sabe. Raúl Guti —emulando al otro Guti— se inventó un pase medido al pecho de Linares. Control orientado y disparo. Definición de ‘9’. De delantero puro. El canterano se reivindicó nuevamente. De la misma forma que lo hizo la temporada pasada, cuando consiguió anotar el gol de la victoria ante el Elche y el Lugo, a pesar de los pocos minutos de los que dispuso.
El revulsivo ideal para el Real Zaragoza
Con un Real Zaragoza necesitado de efectivos en ataque y que anda sondeando el mercado en busca de un delantero, quizás se haya pasado por alto que hay una solución tremendamente válida en casa. Y de casa. Linares, nacido en Fuentes de Ebro, pudo cumplir dos sueños el año pasado: anotar un gol con la elástica blanquilla y hacerlo en La Romareda. Porque su implicación va mucho más allá de lo futbolístico, algo que mostró el pasado domingo, cuando tras anotar se besó el escudo de la camiseta.
Si bien es cierto que la edad de Linares es un hándicap a tener en cuenta, el propio jugador ha demostrado estar en perfectas condiciones para competir en la categoría. Con un Luis Suárez pletórico, parece obvio que Linares debe esperar su oportunidad desde el banquillo. Lo ilógico es que no lo haga en ausencia del colombiano. Cuando el Real Zaragoza se atasca por dentro, su juego se vuelve demasiado predecible. Ni siquiera los habituales cambios de Víctor, dando entrada a Papu y Álex Blanco, consiguen mejorar la versión ofensiva del equipo. Y es que en la diversidad está la riqueza. En un equipo donde abundan los jugadores que siempre quieren el balón al pie, un jugador que la busca al espacio es la mejor alternativa en un momento de necesidad.
Los números avalan a Miguel Linares
Tras el partido ante el Almería, Miguel Linares se convertía en el jugador aragonés con más partidos de la historia de la Segunda División. A sus espaldas, 257 partidos en los que ha marcado 63 goles y ha repartido 14 asistencias. En el Real Zaragoza, Linares ha disputado 16 partidos, de los cuales sólo cinco han sido como titular. A pesar de las pocas oportunidades y los escasos minutos que ha disputado, ya lleva tres goles. Una cifra perfectamente incrementable si consigue una regularidad que se está ganando a pulso.
Si por algo se ha caracterizado Linares es por trabajar desde la sombra, desde un segundo plano. Porque lo único de lo que no se le puede tachar es de ser un grandísimo profesional. Como reconoció el propio jugador tras el partido: “El fútbol, al final es justo y te da oportunidades”. Víctor Fernández le concedió una oportunidad que ha sabido aprovechar. Y ya van varias. A lo mejor el delantero que tanto se busca ya esté en el equipo. A lo mejor es necesaria una pizca de confianza para que Linares vuelva a demostrar su valía en este Real Zaragoza.