Que el Valencia Club de Fútbol se fije en un oscense para ocuparse de la fisioterapia de sus categorías inferiores puede ser fruto de varios factores, pero el talento ha de contarse entre ellos. Miguel Sola, de 29 años, trabajará con el equipo infantil ché en la Aragón Cup que comienza este miércoles en Huesca. Será su tercer torneo tras los de Zaragoza y Roma. La Aragón Cup es un campeonato nacional de base que reunirá, además, a SD Huesca, Osasuna o Deportivo de La Coruña. El Valencia debuta contra el Peñas Oscenses; curiosamente, el club de toda la vida de Sola.
¿Por qué se fija un club como el Valencia en alguien de Huesca?
A través de mi trabajo. Me trasladé el año pasado a Valencia para realizar un Máster en Readaptación y Recuperación Deportiva. Allí me conocieron y a través de referencias se pusieron en contacto conmigo. De mí les gustó la experiencia que tenía y cómo enfoco mi labor en la consulta. También sabían que vengo del fútbol, lo que valoran bastante.
Ficha por ellos y le van llamando para las competiciones.
Por mi trabajo estoy con ellos para torneos fuera de Valencia. Ellos disputan sus ligas locales y para las vacaciones de verano e invierno y en Semana Santa acuden a otras ciudades, a torneos nacionales e internacionales. Yo ejerzo de apoyo.
¿A qué torneos ha acudido?
Cuando terminé el Máster acudí con el infantil de primer año al Torneo Goya en Zaragoza, organizado por el Santo Domingo Juventud. Estuvo muy bien, con Real Madrid, Zaragoza, Celta y Deportivo. La relación con los técnicos y los chavales fue muy buena. En agosto pasado viajamos a Roma, al Torneo Memorial Cristina Varani, durante diez días y contra clubes como Barcelona, Juventus, Inter de Milán, Roma, Lazio… Viajaron los infantiles de División de Honor, los mismos que ahora acuden a Huesca, y solo la Juventus y en los penaltis nos impidió pasar a la final. Fuimos terceros entre 20 clubes. Esta escuadra también fue subcampeona del torneo La Liga Promises, que jugaron hace un año en Miami.
¿Sólo puede acompañar a los infantiles?
En principio, a todas las categorías inferiores hasta juveniles.
¿Y no le han tentado para incorporarse de manera permanente?
Es verdad que me comentaron la posibilidad de bajar a Valencia, pero tal como tengo estructurada la consulta en Huesca tendría que ser en unas muy buenas condiciones. En un futuro nunca se sabe.
¿Siempre ha tratado de cerca al fútbol?
Mi pasión de toda la vida ha sido el fútbol. He jugado hasta hace tres años y uno de los motivos de escoger esta profesión era que quería vincularla al deporte. Tuve la suerte de que en el último año de la carrera pude realizar las prácticas con el RCD Espanyol en Barcelona y trabajé la readaptación en la cantera. Me apasionó. He trabajado para clubes de Tercera y Regional y con deportistas de dentro y fuera de la provincia. Salí del Peñas Oscenses y estuve en el Robres o el Grañén. Con el Robres mantengo una relación muy larga y bonita, aparte de que es mi pueblo.
Ya es casualidad que comience el torneo enfrentándose con el Peñas…
Me hace ilusión medirme al equipo de toda mi vida. Es difícil que se vuelva a repetir una experiencia como esta. El cuerpo técnico viene con muchas ganas a la Aragón Cup. Ejerceré de anfitrión, les enseñaré la ciudad y les pasaré informes de los rivales. En su liga compiten con la cantera del Villarreal, que es potentísima, y le plantan cara. Es un buen equipo.
¿En qué futbolistas hay que fijarse?
Hay un mediapunta pequeñito que se llama Amaro, fue uno de los mejores en Roma y me encanta. Su lateral izquierdo, Jesús, es físicamente superior a los demás.
¿Es muy diferente tratar a niños y a adultos?
Es diferente, sí. En el fútbol, un adulto tiene otras perspectivas y valores respecto a los niños, que se encuentran en un periodo de formación. En el Valencia se les exige muchísimo y en la residencia les forman ante todo como personas, sin que nadie se salga de la línea. Son todos muy educados para la edad que tienen y respetan a todo el mundo. En la edad adulta ya pueden entrar en juego factores como el dinero o los egos y la cosa cambia. En lo físico, hay que tener mucho cuidado con las lesiones del aparato músculo-esquelético. Están desarrollándose, en fase de crecimiento, y tienen muchas patologías por eso. Por supuesto golpes, cortes…
Con los clubes de la ciudad en la elite, hay también una cantera de fisioterapeutas.
Hay muchos compañeros y esta profesión va a más cada día. Nos conocemos todos y el deporte en Huesca va bien servido. Aparte del fútbol, trato con pacientes de balonmano, baloncesto, atletismo, natación…
¿En su consulta trata más a gente anónima o de elite?
A gente de a pie, en un noventa por ciento. Hace poco pasó por allí el jugador de balonmano Carlos Molina, ex del Bada Huesca e internacional con la selección absoluta.
Su negocio se denomina La Mano del Diez. Por Maradona, imagino…
Viene por aquel gol a Inglaterra. Es un juego de palabras con la misión de buscar el diez, la excelencia con nuestro trabajo con las manos.
¿Qué diferencia hay entre el doctor de toda la vida y el fisioterapeuta?
El doctor da el diagnóstico. También ha cambiado mucho la Medicina. Los fisios tratamos previo diagnóstico médico, pero las dos disciplinas se han acercado mucho en los últimos tiempos. Antes el médico se encontraba en un escalón superior y el fisioterapeuta casi no existía. Ahora derivan a los pacientes a nuestras consultas. En el deporte nuestra labor es esencial para la rehabilitación, la recuperación y la readaptación al grupo.
Cada semana se abre una consulta, o casi.
La labor del fisioterapeuta está cada día más en auge y se nota que esta profesión va a más. Siempre que salgan grandes profesionales y seamos compañeros hay que verlo como algo positivo y así mejorar unos con otros. Aquí lo que importa es estar lo mejor preparado posible para llegar al paciente en las mejores condiciones y así proporcionarle bienestar. Y si para ello hay una competencia sana lo veo muy bien.