ZARAGOZA | Juan Carlos Cordero hizo un repaso improvisado, confuso, de la actualidad del Real Zaragoza en el mercado en la presentación de Joan Femenías y Mario Soberón. Su discurso quedó deslucido por la forma y por el contenido, condicionado por un sonido metálico, regular, insoportable. El Real Zaragoza cuida con mimo cada detalle que aparece en sus redes sociales. Esa intención admite algunos errores claros, como la elección del último mensajero. Pero responde a un plan trazado, con algunos riesgos, pero un plan, al fin y al cabo. No hubo ensayos en la presentación de los primeros fichajes y se espera que la segunda, que incluye a Dani Tasende y Gori Gracia, sirva para mejorar un sonido que no podría emitirse en ningún medio profesional.
Esa parece ya otra historia. Conviene ahora centrarse en las palabras de Cordero y en el plan que traza para el Zaragoza que viene. El director deportivo ha cerrado cuatro incorporaciones hasta la fecha. Solo una de ellas sirve para copar portadas, para ocupar con cierta seguridad un puesto entre los titulares. Es la de Dani Tasende, un lateral estupendo, capaz de progresar sin límites por su banda. Debe corregir algunos de sus defectos en la marca, pero forma parte de una estirpe especialmente apreciada en el fútbol moderno. Es la de aquellos laterales que pueden volcar el juego hacia su perfil, que miden el centro y mejoran la jugada.
El resto de las apuestas -Soberón, Femenías y Gracia- son buenos complementos para la plantilla, elecciones de clase media en la categoría. El tiempo y el fútbol emitirá un veredicto sobre ellos. Esa noción convertirá a Cordero en un visionario o en todo lo contrario. Si el verano es el tiempo de la ilusión, muchos zaragocistas quieren concederles todavía el beneficio de la duda, pero se juega también con la impaciencia, con la decepción pasada y la presente. Y, como es lógico, esperan para el verano cabezas de cartel.
Los secretos de Cordero se centran también en la otra cara de la moneda. La operación salida definirá la hoja de ruta de un grupo que acabará el mercado siendo uno muy distinto del que lo ha empezado. El director deportivo y Víctor Fernández comunican los descartes, en una tarea compleja, porque implica además la búsqueda de opciones para los implicados. Sinan Bakis es ya una causa perdida para el Real Zaragoza, pero encontrarle un destino será uno de los grandes culebrones del verano. Jair Amador, Sergi Enrich, Jaume Grau, Gaëtan Poussin, Dani Rebollo, Sergio Bermejo, Marcos Baselga y Sabin Merino no entran en los planes del Zaragoza. Rescindir los contratos vigentes limitaría el escenario de llegadas, hasta agotar una parte esencial del superávit del que presume el Zaragoza.
A Cordero le conviene el trabajo con los agentes de cada futbolista y considerar cada caso con sensibilidad, pero con una decisión firme y tajante. La misma que debe emplear el director deportivo en la renovación de piezas claves en el Real Zaragoza. Entre ellas están Alejandro Francés (la más compleja de todas), Iván Azón, Francho Serrano y Marc Aguado. Mientras, espera también sacar rédito de la elección de Maikel Mesa, que prepara su marcha a Tenerife desde hace tiempo.
El mercado se mueve lento, pero a Cordero le conviene moverse rápido para ponerle rostros reales a una plantilla que será otra cuando se inicie la competición. Con poca autocrítica en su primera comparecencia, el director deportivo se prepara para una segunda intervención ante los focos y mil frentes en las sombras. Para encontrar cabezas de cartel, Juan Carlos Cordero debe darle salida a piezas que Víctor siempre consideró secundarias.