Ha quedado claro en el arranque de temporada del Real Zaragoza que uno de los problemas más graves está en el área. El equipo sigue sin saciar las necesidades de gol. Así lo demostró en Miranda, donde fue incapa de marcar. Entre los candidatos a ser la cara goleadora del equipo: Simeone, Azón, Mollejo, Puche y, la gran incógnita, Gueye.
El jugador aún no ha tenido el protagonismo suficiente para demostrar sus recursos de cara a portería. En sus dos apariciones, la última esta jornada, el senegalés ha dejado unas pinceladas de lo que podría generar su juego. Sus dimensiones ya apuntaban a un dominio aéreo, retroalimentado con la presencia de Jair y Petrovic.
Gueye en busca de la oportunidad
Las dudas generadas por el jugador tienen fácil solución: minutos. El recién llegado ha disputado un total de 27 minutos en dos encuentros. La sensación es de falta de rodaje y adaptación al grupo. Su estilo se asemeja al de Iván Azón, sobre todo en las disputas aéreas con el que se pisa en los espacios. Lograr anotar un primer tanto también podría ser la clave para crear confianza en sí mismo.
Sobre la falta de minutos habló la semana previa al encuentro del Mirandés en rueda de prensa Carcedo: ”Su adaptación no es fácil. Venir de una liga diferente, el aspecto del idioma, sobre todo, hace que en los entrenamientos quizás no esté aún al nivel necesario. Este es un periodo de tiempo que él ha tenido que llevar así. Tenemos ya a los tres delanteros en marcha y creo que podemos ir alternando. Irán teniendo minutos todos paulatinamente y nos irán aportando sus características”.
Con toda la temporada por delante y las oportunidades aún por llegar, Gueye sí ha dejado algo claro: tiene capacidad parar generar. Sus escasas apariciones han provocado situaciones peligrosas en el área y es un jugador que se crece en equipos con dominio ofensivo. La adaptación del gran desconocido esta temporada está siendo lenta pero, una vez alcanzado su máximo nivel tiene las cualidades para convertirse en el delantero que reavive la llama del gol en los blanquillos.