Partido de invictos en Anduva. Fútbol y goles estaban asegurados en una tarde de domingo con dos equipos que aún después de su choque, continúan sin conocer la derrota en LaLiga 1|2|3.
Arrancó el partido muy favorable para los intereses visitantes. Los jugadores del Lugo exhibían el juego combinativo que les ha llevado a estar donde están mientras los rojillos no lograban quitarles la pelota. Sufrían los de Carlos Terrazas sin el cuero. Un conjunto, el rojillo, que también le gusta desplegar su filosofía de juego sobre el tapete y esa no es otra que con balón. Pero Luis César Sampedro parecía haber estudiado lo que los suyos debían hacer en Anduva para llevarse el encuentro. Y eso pareció tras una gran primera mitad de los gallegos que, en menos de 20 minutos, ganaban 0-2 con goles de Joselo y Pedraza. Dos de los jugadores más en forma de la plantilla perforaban la portería de Sergio Pérez, el primero en el minuto 13 y tras un pase de la muerte en bandeja y el segundo cuatro minutos más tarde tras una jugada personal asomando por el pico del área y colocando el balón pegadito al poste. Tocó y entró. Pudieron ser más, en unos primeros 45 minutos inspiradísimos de un Lugo al que le salía todo. No así a los locales que, pese al aluvión, no perdían el carácter ofensivo y seguían mirando a portería.
De manera bien distinta arrancó el segundo tiempo. La posesión era entonces para los rojillos, que parecían haber entendido la premisa de su míster para que no se les escapase un partido muy cuesta arriba. Los gallegos, a pesar de perder el control, no renunciaban al ataque y se asomaban con asiduidad por el balcón del área. Transiciones muy rápidas defensa ataque que pillaban en inferioridad a los de Miranda de Ebro, a los que no les quedaba otro remedio que arriesgar. Y salió bien. En el minuto 66, un balón colgado al área acabó con el despeje de la defensa en la zurda de Bustos que, de volea golpeo fortísimo impactando el cuero en la mano de un defensor lucense. Después, Provencio empujaba el balón suelto al fondo de la red, pero el árbitro decretó de forma acertada penalti previo. Maikel Mesa no falló. Gol, 1-2.
Quedaba tiempo, más de veinte minutos. Solo faltaba poner la confianza necesaria para hacer efectiva la remontada. Y eso en el CD Mirandés no se negocia. Faltaba alguien de ver puerta, alguien que cuenta sus apariciones en Anduva por goles. Y ahí iba a estar él en el minuto 76. De nuevo un balón colgado al área, esta vez de un libre directo pegado al banquillo visitante iba a terminar con el despeje poco contundente de la defensa lucense. Y ahí Guarrotxena siempre demuestra ser el más listo de la clase. Con un remate nada fácil con el balón aún a mucha altura, el ‘7’ rojillo voleaba con rabia de zurda al fondo de las mallas. Remontada y empate.
No hubo tiempo para más y el partido de invictos acabó exactamente igual, con amnos conjuntos aún sin conocer la derrota. Próxima parada: Huesca.