ZARAGOZA | El año vivido por la SD Tarazona quedará en la retina de los turiasonenses para el resto de sus vidas. La gesta conseguida por el equipo aragonés no dejó indiferente a nadie. Y es que lograr la permanencia en tu primer año en Primera RFEF y en el año de tu centenario, no es nada sencillo. Uno de los grandes responsables ha sido el ya extécnico del equipo, Manuel Jesús Casas ‘Molo’, quien anunció este pasado jueves que no continuaría en la disciplina rojilla. Un total de 38 partidos, 10 victorias, 14 empates y otras tantas derrotas han sido las credenciales del entrenador almeriense, que se marcha por la puerta grande tras una temporada de ensueño en la que ha logrado el objetivo principal: mantenerse en la categoría de bronce del fútbol español. Tras esta noticia SPORTARAGON.com entrevista en exclusiva al técnico, uno de los nombres más relevantes en el fútbol aragonés tras su heroica campaña.
Lo primero de todo, ¿cómo se encuentra?
Bien, porque me marcho con la sensación del deber bien hecho. Ya no solamente por la consecución del objetivo, sino por la sensación de que se ha trabajado bien, ha habido una buena relación con todos los dirigentes y toda la ciudad. Estoy muy contento tras mi paso por Tarazona.
Imagino que no ha sido fácil despedirte de un grupo en que se había gestado tanto cariño
Cuando has estado tan feliz y a gusto y te han dejado trabajar, siempre es difícil el tener que decir adiós. Vivimos en un punto en el que esto es algo natural y formal. Es una experiencia brutal en todos los sentidos. Es un aprendizaje muy grande, aunque duele el hecho de alejarte de gente con la que has trabajado muy bien y has cogido cariño. Me voy, pero no desaparezco. Esas relaciones que se han generado este año perdurarán para siempre.
Un total de 44 puntos tras 10 victorias, 14 empates y 14 derrotas que le han valido al equipo para acabar decimoterceros. Cuesta puntuar en esta dura categoría, ¿no?
Primera RFEF es una categoría durísima. Hay clubs con muchísimos recursos y nosotros teníamos de los presupuestos más bajos, teníamos la baja social más baja con todo lo que ello implica, porque al final todo suma. Es verdad que en la Primera RFEF no tiene nada que ver con la antigua 2ªB, aunque siga siendo la tercera categoría nacional. De hecho, la Primera RFEF se acerca mucho más a lo que es la Segunda División que a la antigua 2ªB. Eso provoca jugar todas las semanas con muy buenos equipos y que cualquiera de ellos puede ganarte. Da igual en la posición en la que el rival se encuentre, ya juegues contra el primero o contra el vigésimo, pues es una categoría que te lleva al límite en muchas situaciones, pero que también sirve para aprender y crecer muchísimo.
¿Cómo vivió el partido por la permanencia ante el Sestao? Fue el penúltimo liguero si mal no recuerdo…
Sentí mucho alivio. Fue un alivio devolver la confianza a la gente que te ha apoyado logrando el objetivo. Estábamos convencidos de que podíamos conseguirlo y fuimos al choque con mucha confianza. Mira que el partido se puso difícil porque se pusieron por delante en el marcador y el resto de rivales por la permanencia iban ganando. Hubo un momento en el que pesimismo pudo invadirnos, pero no pudo con nosotros como no ha podido durante todo el año. Fue un día para no olvidar.
Quitando la permanencia, dígame un momento con el que se quede
Hemos ganados muchos partidos muy importantes. Recuerdo un choque en el campo de la Ponferradina cuando ellos iban primeros y nosotros no habíamos ganado fuera de casa aún, y solamente un partido en toda la competición. Pero fíjate, lejos de quedarme con los momentos épicos, me quedo con el partido de Unionistas. Era la jornada 10, no habíamos ganado todavía y veníamos de perder en casa 1-3 contra Osasuna Promesas. Esa semana lo pasamos fatal, porque no veíamos soluciones. Fue una semana en la que hicimos una serie de cambios. Me presenté al equipo como si fuera un nuevo entrenador, generamos comportamientos distintos y también una canción que nos identificada a todos. Empatamos a cero ante el Unionistas y lo celebramos como si fuera una victoria. Fue el punto de inflexión. Nos estaba costando, estamos sin campo, pero esa semana nos dio un impulso, fue la semana más especial del año. Creo que la permanencia es consecuencia de ese trabajo. A partir de ahí empezó el crecimiento del equipo.
Había dos opciones, o tiraban la toalla o se dejaban la piel por lograr el objetivo. Imagino que fue un trabajo conjunto.
Exacto. Todos somos responsables. Los jugadores por no dejar de creer y el cuerpo técnico por no venirnos abajo. Es verdad que pasan las semanas y no ganas, y llega un momento en el que el ser humano puede pensar “no soy capaz de esto”. El club nos dio la confianza. Aniceto y Michel son muy competentes, no te regalan la confianza. Fue una retroalimentación de todos. Cuando uno estaba abajo venía otro y le animaba. Habla también muy bien de la calidad humana que teníamos en el club. En el fútbol hablamos mucho de lo táctico y físico, pero hay un factor mental e incluso humano todavía más importante. Cuando las cosas van mal el jugador que no sale puede usar ese momento de vulnerabilidad para fastidiar y beneficiarse, el director deportivo también puede echarle culpa al entrenador… Aquí no había culpables, solamente se daban soluciones. Por eso también ha sido muy bonita la temporada, pues entre todos nos hemos apoyado.
Mantiene la categoría en Primera RFEF y tras un histórico año el club informa sobre su salida este mismo jueves. ¿Por qué esta decisión?
Hay factores personales, soy de Almería y estaba muy lejos de mi casa. El verano pasado cuando me llamo el Tarazona no lo pensé y estaba en un momento en el que podía ser un proyecto muy bueno a nivel profesional, independientemente del contexto e incluso obviando el tema económico. Entendíamos que teníamos que cogerlo. Ha sido un año de un desgaste brutal. Hemos acabado agotados. Entendemos que un proyecto como Tarazona necesita de una energía sobrenatural. Mi idea, un poco egoístamente, es intentar acercarme a casa de una manera o de otra. Si toca estar lejos de casa que sea por dar un pasito más. Es algo normal y natural. Lo hablé con el club y lo veía igual que yo. Es una decisión muy meditada con el Tarazona, consensuada y en la que las dos partes estamos de acuerdo.
Tras su salida, ¿qué ocurrirá con usted? ¿va a seguir ligado a los banquillos o prefiere descansar?
La idea es evidentemente seguir, aunque vivimos en un mundo de mucha complejidad en el que muchas veces no podemos elegir. He tenido contacto con algún club, pero la realidad es que ahora mismo no tengo ninguna oferta formal por parte de nadie. Hay mucho interés sobre todo de dos clubs, pero toca esperar a ver si fructifica alguno de ellos. El mercado está muy parado y hay que tener cierta paciencia. Para eso tengo un representante que es el que se encarga de todo. Yo estoy centrado en desconectar, pasar tiempo con mi familia, disfrutar de este mes de vacaciones y todo lo que tenga que venir, bienvenido sea. La etapa en Tarazona estaba acabada y la motivación de informarlo este jueves fue para que el club tenga tiempo para hacer camino. Poco más te puedo decir, tengo que esperar para ver qué depara mi futuro.
Tarazona no va a olvidar nunca el nombre de Molo. En su comunicado decía que hasta hace poco antes de llegar no conocía el sitio y que ahora Tarazona ocupaba un lugar importante en su corazón. Un último mensaje a la afición turiasonense
El día que estoy haciendo la carta de despedida tengo al lado a mi hija de nueve años y la hago con ella. Se pone a llorar de pronto y me dice que no me vaya. Cuando me dijo eso se me cayó el mundo encima. Le comenté que estaba muy lejos de y que la idea es poder estar más cerca. Ella me dice que no, que me ha visto muy feliz en Tarazona y me han tratado muy bien. Cuando una niña de nueve años siente eso, creo que resume un poquito lo que ha hecho Tarazona por mí. He sentido un cariño inmenso, creo que es una población con una gente espectacular y vecinos muy nobles. Ya no solamente la gente que iba al Municipal. Todos valoran mucho el trabajo y eso es de agradecer, pues el mundo del futbol es un universo que requiere de mucha inmediatez y resultados. Aquí no, aquí valoran el trabajo, valoran el buen hacer y de verdad que estoy agradecido. Es el sitio más espectacular que he conocido en ese sentido. Cuando me dijeron de venir en julio del año pasado tuve que buscarlo en el mapa, no me imaginaba todo lo que estaba por venir. Ha sido precioso y dejo muchos amigos, pero ya les dije que no nos morimos, la vida sigue para todos y espero poder visitarlos de vez en cuando. Para mí va a ser un destino que siempre que me mencionen o tenga que volver será motivo de felicidad tanto para mí como para mi familia.