La accesibilidad está cada vez más presente en el ámbito laboral o social. El deporte no es una excepción. Disciplinas como el atletismo, el baloncesto o incluso, la halterofilia ya disponen de categorías adaptadas. Una accesibilidad a la que se suma el senderismo, en este caso, para conocer diferentes rutas en Aragón.
Pendientes pronunciadas, terreno irregular o falta de apoyos son algunos de los impedimentos con los que se encuentran las personas con problemas de movilidad que quieren disfrutar de la montaña.
Afortunadamente, en Aragón cada vez hay más senderos adaptados. Incorporan pasarelas preparadas y seguras por las que desplazarse resulta mucho más sencillo. Para facilitar el acceso a estos senderos, también se han limitado las pendientes. Además, estas zonas se encuentran dotadas de plazas de aparcamiento adaptadas para facilitar la llegada al comienzo de las rutas de senderismo adaptado.
Red de Senderos Accesibles
Aragón dispone de una Red de Senderos Accesibles. Las últimas rutas incorporadas a esta Red han sido el Mirador del Castillo de Peracense con vistas al valle del Jiloca; el sendero de la ermita de Orihuela del Tremedal; el sendero del Barranco del Mortero con pinturas rupestres y la ruta del Mirador del Puerto de las Cabrillas en La Iglesuela del Cid.
A pesar de lo complicado de su orografía, el Pirineo aragonés dispone de numerosos senderos adaptados. Por ejemplo, el sendero de la pradera de Ordesa. Se trata de una ruta de poco más de un kilómetro, sencilla y cómoda de hacer en silla de ruedas. Dispone de zonas de descanso con paneles informativos. Otro sendero accesible es el de Isabena en Bonansa. Este camino adaptado pasa por el Bosque de Pegá.
En la zona norte de Aragón podemos encontrar también el sendero accesible de El Cornato, en Bielsa. Se trata de un recorrido circular de un kilómetro junto al río Cinca. Dispone de diez paradas con datos sobre la naturaleza del entorno. Por último, cerca de Sallent de Gállego se puede disfrutar del sendero de Santa Elena. Es un recorrido de 1´5 kilómetros con aparcamiento, bancos, mesas adaptadas y paneles de interpretación.
Más allá del Pirineo
Si optamos por realizar senderismo accesible en la provincia de Teruel, una de las zonas mejor adaptadas es la sierra de Albarracín. Hay dos senderos accesibles que se pueden recorrer en silla de ruedas. Uno es el Sendero del Prado del Navazo que dispone de un mirador. El otro es el sendero que sale del Centro de Interpretación de Dornaque y tiene un recorrido lineal de 1´5 kilómetros. Dispone de aparcamiento y merendero.
Mientras, en la provincia de Zaragoza, hay diferentes rutas. Por ejemplo, el Monasterio de Piedra dispone de una gran parte de su recorrido adaptado a personas con problemas de movilidad: el antiguo monasterio, la abadía o el museo de la D.O de Calatayud. En la zona del Parque Natural se necesita algo de ayuda a la entrada, pero después la zona del Vergel, el Lago de los Patos y cataratas como la del Baño de Diana sí son accesibles.
En Gallocanta, la zona de la laguna dispone de aparcamiento reservado. Una vez allí, los visitantes no encontrarán barreras arquitectónicas, a excepción de en uno de sus miradores. Mientras, el centro de acogida de visitantes dispone de puerta deslizante, baños adaptados y ascensor.
Por último, en el Parque Nacional del Moncayo se puede visitar la Fuente de la Teja y el Centro de Interpretación de Agramonte donde disfrutar de la naturaleza de la provincia de Zaragoza. También se pueden realizar recorridos a pie de carretera con guías que aportan información sobre el entorno natural de la zona.
La opción para rutas complicadas
Aquellos que se atrevan a plantarle cara a todo tipo de terrenos, pueden echar mano de diferentes accesorios y herramientas que facilitan el recorrido de los senderos más complicados. Es el caso del senderismo con Joëlette. Esta silla incorpora una sola rueda, un sillón y diversos elementos de seguridad. Dispone de brazos delanteros y traseros desde los que los acompañantes pueden ayudar a su desplazamiento por todo tipo de terrenos.