HUESCA |Iván Montoya se recupera en su casa de la operación de su mano derecha. Se lesionó en el calentamiento contra León, jugó, pero las pruebas practicadas aconsejaron que pasar por el quirófano. El domingo fue operado en la Clínica Montecanal de Zaragoza, por los doctores Sara Gros y Oscar Jacobo, de una lesión de Stener. Con el brazo en cabestrillo, el pivote regresará la próxima semana a Huesca capital. Y, de momento, máxima tranquilidad, absoluta paciencia y a esperar que cicatrice de forma correcta. La próxima semana será revisado por la doctora Gros.
“Voy a agotar las posibilidades para acabar la temporada jugando”, señala el pivote desde su casa, en Alicante, donde se encuentra. Es la segunda lesión importante que sufre desde que recaló a las órdenes de Nolasco. La primera fue al poco de llegar. Tuvo que ser intervenido de un menisco que le dejó fuera del 40xx20 durante tres meses. Esta lesión es su mano puede dejarle entre 4 y 6 semanas fuera del parquet en el peor de los casos.
Perderse partidos siempre es una pena. Más aún cuando la temporada toca a su fin y el objetivo no termina de estar cumplido, aunque “estamos cerca de lograrlo”, entrecomilla Montoya. Y ese objetivo no es otro que el de la permanencia. Con los dos puestos directos de bajar a División de Honor B hay trinchera, menos con el que promociona. Entre la intervención en su menisco, en septiembre del 2019, y ésta en su mano prácticamente lo ha jugado todo. Por eso no esconde que ver los partidos desde la grada “es un fastidio porque no puedes ayudar”.
El pivote termina contrato esta temporada y guarda silencio sobre su futuro. Considera que “es el club quien tiene que hablar de esto”. No es el único jugador del Bada Huesca que termina contrato. De los que lo finalizan tan solo se ha deslizado la posibilidad de que el extremo Hackbarth recale la próxima temporada en Cuenca.