Ni la recuperación de Suárez ni el hecho de enfrentarse al equipo menos goleador de la categoría pudieron hacer que el Real Zaragoza se llevase los tres puntos ante el Albacete. Los de Víctor Fernández mejoraron en la posesión y en la combinación con el balón, pero estuvieron totalmente desacertados de cara a portería. Tuvieron ocasiones de todos los colores, pero la tarde se volvió gris en el minuto 94 cuando el Albacete aprovechó casi la única oportunidad que tuvo entre los tres palos de Ratón para batir al Real Zaragoza.
Víctor Fernández dejó a Pombo en el banquillo ante el regreso de Suárez, Grippo sustituyó al internacional Clemente y Lasure al lesionado Nieto. El Zaragoza comenzó el partido con un activo Kagawa que combinaba con sus compañeros y que incluso, disponía de ocasiones de gol. El japonés tuvo hasta dos claras para haber batido a Tomeu Nadal, el meta albaceteño.
Suárez reclamó un posible penalti en la primera mitad y Vigaray, subiendo por banda, hacía daño a la defensa de los de Ramis. El Albacete es un equipo que sabe rentabilizar al máximo los pocos goles que anota y de ahí, que tenga en su defensa uno de los máximos escollos para los rivales. Bien formado atrás y sin perder el orden, resultaba realmente complicado poder ejecutar el último disparo sobre la meta albaceteña. El Zaragoza llegaba pero le faltaba finalización y remate en un partido que estaba dominando por completo.
La primera parte se desarrolló con los blanquillos como dueños y señores del balón. El Albacete, por su parte, inquietó muy poco la meta de Álvaro Ratón y los protagonistas encararon el túnel de vestuarios con la sensación de que aún había mucho por decir en la segunda mitad. Así fue. El Real Zaragoza creció todavía más. La defensa del Albacete, cada vez más cansada, iba dejando huecos que los blanquillos supieron aprovechar.
Tomeu Nadal, jugador diferencial en el Zaragoza – Albacete
Sin embargo, ahí surgió la gran figura del partido, la de Tomeu Nadal. Después de varias intervenciones destacables en la primera mitad, el guardameta del Albacete paró lo imparable y desesperó al ataque zaragocista. El cambio de Álex Blanco por un Igbekeme desorientado, sentó muy bien al Real Zaragoza.
Con Blanco el campo se abrió más por los costados. Vigaray encontró un buen complemento y entre ambos otorgaron mayor ataque por banda y desborde al Real Zaragoza. Kagawa, Eguaras, Guitián, Suárez… Todos tuvieron sus ocasiones, pero Tomeu Nadal era quien salía victorioso de todas ellas. En el 88, la insistencia del Real Zaragoza se vio recompensada en forma de penalti. Sorprendentemente, no fue Suárez quien ejecutó la pena máxima, sino un Eguaras al que pocas veces hemos visto plantarse ante el punto de penalti.
Víctor aseguró después que los especialistas en tirar desde los once metros son Kagawa y Eguaras. Curiosa reflexión. Una nueva e inexplicable decisión más que sumar a la lista del técnico blanquillo. Eguaras falló el penalti y tampoco acertó en el rechace de Tomeu Nadal. Suárez aún tuvo una ocasión más antes del 90, pero fue el Albacete quien se llegó el gato al agua.
Minuto 94. Pombo (que había entrado hacía 10 minutos por Soro) hace una innecesaria falta en mitad del campo. Nadie acierta a defender bien, especialmente Guitián, y Ratón, entre nervios y desconcentración, no se hace con el esférico para que Eddy Silvestre firmase el 0 a 1.
Un triste resultado que puso en evidencia todas las carencias del Real Zaragoza. Por un lado, errores en la defensa del balón parado que se vienen arrastrando desde la temporada pasada. Por otro, ausencia de concentración defensiva en los momentos clave del partido. Y por último, una grave falta de potencial ofensivo que difícilmente podrá resolver el recién llegado Javi Puado.