Javi Puado hace buena la ley del ex en La Romareda para congelar el efecto Víctor. El Real Zaragoza llegó tarde a su cita con el Espanyol y a las primeras de cambio el conjunto catalán le obligó a escalar una montaña demasiado tortuosa. Liso debutó en la segunda parte y la intención del equipo fue diferente, pero no le dio.
Edgar Badía (5): Le pilló a contrapié el remate de Puado en la única jugada en la que tuvo que intervenir. Fue un espectador más en los restantes 83 minutos.
Santiago Mouriño (5’5): Su posición fue la principal novedad de la alineación. Pecó de vicios propios de central en la primera parte y uno de ellos lo acabó rentabilizando el Espanyol. Mejoró mucho tras el descanso a nivel defensivo y con balón y parece que Víctor incidirá con ello.
Alejandro Francés (8): No pudo coronar un partido soberbio con un gol, pero en él empieza y acaba todo. Empequeñeció el encuentro de Braithwaite en la primera parte, hizo lo propio con Milla en la segunda y solo la zaga del Espanyol evitó sobre la línea que pusiera el 1-1. Forzó la amarilla, que será la quinta, tras el pitido inicial. Cuidado.
Jair Amador (5): Fue el peor de la defensa del Real Zaragoza. Es cierto que dentro del área se sintió cómodo, pero sufrió en exceso fuera de su zona y con los movimientos de Bare a la espalda de Moya y Francho.
Quentin Lecoeuche (6’5): El francés se reivindicó con un buen partido tras semanas defenestrado por Julio Velázquez. Le dio vuelo al Real Zaragoza, supo juntarse con Mollejo y Liso y apenas le tosieron entre Rubén Sánchez y Jofre. Expediente X que el balón parado no le pertenezca.
Toni Moya (3’5): Dejó una primera parte desastrosa, descoordinada en la presión, imprecisa desde el balón parado… Mejoró sus prestaciones tras la reanudación en fase de recuperación, pero su aportación es escasísima.
Francho Serrano (5): Falló a la hora de saltar en el 0-1 después de que Víctor Fernández le complicara el partido ubicándolo en el perfil izquierdo. En la segunda, desde una zona mucho más natural para él, firmó varias conducciones, carreras al espacio y combinaciones mucho más reconocibles. Acabó desgastado a nivel físico.
Germán Valera (4): Mezcló bien en la segunda mitad con Francho, pero en su partido vuelven a florecer las dudas de siempre: le cuesta un mundo progresar a través del regate. Cabrera le ganó una carrera vital con 0-1.
Maikel Mesa (4’5): Su rol varió con el paso de los minutos, ganó peso conforme avanzó el partido, pero ni le dio la continuidad suficiente al juego ni tampoco sacó provecho apareciendo por sorpresa.
Víctor Mollejo (3): Jugó acostado a la izquierda y se las vio con un ganador de duelos nato como El Hilali que le hizo el partido imposible. Se supo inferior desde el primer momento y se apagó por completo. Fue el primer cambio.
Sinan Bakis (3): Casi anota el 1-1 con una espectacular tijera que se marchó por muy poco, pero su partido fue pobrísimo. Jugó lejos del área, el Real Zaragoza lo encontró dentro del circuito con balón, pero ya. Nada de nada.
También jugaron:
Iván Azón (3): No mejoró en nada a Bakis.
Adrián Liso (4): Le costó templar los nervios del debut en un partido bronco con La Romareda hasta la bandera. La única potable le cayó a la derecha, pero dejó el mejor centro del partido al poco de salir. Muy, muy aprovechable.
Marc Aguado (SC)
Manu Vallejo (SC)
Fran Gámez (SC)
Entrenador:
Víctor Fernández (5): Las intenciones de su equipo fueron valientes, mejores que las de semanas atrás. Apostó por Mouriño en el lateral, por jugadores exteriores y Liso, la última perla de la Ciudad Deportiva. Al margen de la derrota, demostró que el Real Zaragoza es un bloque vivo, que viendo de donde veníamos es mucho. Encontrar la pegada, su asignatura pendiente.