Mediapunta con mucha clase en el equipo de soccer de la Universidad Atlántica de Florida. Zaragocista de corazón. Nacho Alastuey se marchó del Real Zaragoza rumbo a Estados Unidos con 18 años para poder compaginar sus estudios de International Business Management con su pasión: el fútbol. Toda una vida entregada a la cantera del equipo de su vida, con el que hizo historia proclamándose campeón de España juvenil el año pasado, y que ahora está viviendo una nueva y emocionante etapa de su vida. A pesar de todo, su sueño sigue intacto: ser futbolista profesional.
En primer lugar: ¿cómo está yendo tu experiencia por Estados Unidos?Es una pasada. Cada vez que lo pienso me alegro más de haberme ido porque es todo diferente y estoy haciendo lo que más me gusta. Además, las instalaciones son increíbles y hay mucha profesionalidad porque hay mucho dinero. Allí el deporte en la universidad es súper importante y son muy competitivos, por lo que quieren que rindamos mucho, y a la vez me tratan increíblemente bien. Con respecto a los estudios, ese plus del espíritu americano del emprendimiento era lo que me gustaba de verdad y la vida universitaria es muy social. Estoy muy contento, la verdad.
Cuando se llega a un lugar nuevo, desconocido, la adaptación siempre es muy importante. ¿Cómo fue en tu caso?
Es una cultura totalmente diferente, hasta que no la vives no te imaginas cómo puede llegar a ser tan diferente un modelo de vida. Obviamente al principio, el primer mes, cuesta adaptarte sobre todo a la comida y a los horarios, ya que allí como a las doce de la mañana y ceno a las siete de la tarde. Ahora, sin embargo, incluso me gustan más estos horarios de comidas y cenas. También la temperatura, ya que estoy en Florida y allí hace mucho calor. No obstante, poco a poco vas adaptándote. De hecho, este semestre está siendo muchísimo mejor que el primero porque ya sabes la rutina, conoces a tus compañeros…
Estudias y juegas en Estados Unidos gracias a una beca que recibiste, que apoya a jóvenes deportistas de alto rendimiento para continuar con sus estudios. ¿Cómo está planteado este sistema de becas?
Empecé con AGM, que es la empresa española que nos ayuda a todos los deportistas que queremos irnos a Estados Unidos, pero esta empresa es un término medio entre las familias y la universidad. Es decir, AGM tiene relaciones que te ayudan a buscar la universidad. Pero al final, la universidad y el entrenador son quienes te dan la beca según varios factores como las notas o el nivel deportivo. A partir de aquí, puedes conseguir una mejor o peor beca en una mejor o peor universidad. Además, tuve la suerte de que empezó el programa de La Liga ProPlayer que realiza un seguimiento específico a los jugadores de las canteras profesionales del fútbol español que nos marchamos a Estados Unidos. Este programa está encima de nosotros para ayudarnos en todo lo que necesitemos o para resolvernos cualquier preocupación tanto deportiva como, en un futuro, laboral.
Los jugadores que escogéis estas becas ¿seguís perteneciendo de alguna manera al club del que provenís?
No. En mi caso, con este programa de LaLiga ProPlayer representas al Real Zaragoza en Estados Unidos. Sin embargo, la vinculación deportiva de contrato ya no existe porque, entre otras cuestiones, yo no podría jugar aquí, ya que la liga universitaria está muy regulada y no podría seguir perteneciendo a un equipo profesional si quisiera jugar con la universidad.
En España tenemos la percepción de que el fútbol (o soccer) en Estados Unidos es más seguido por mujeres que por hombres. Desde tu perspectiva ¿cuánto de cierto hay en esto y cómo está planteado el fútbol allí?
En España el fútbol femenino apenas tiene seguimiento, mientras que en Estados Unidos tiene un montón. De hecho, nuestro equipo femenino de la universidad es muy bueno, se llena siempre el campo, hay mucha gente apoyando… Pero sí que es verdad que, aunque el fútbol femenino tenga más historia, el masculino en las últimas décadas le está sobrepasando porque muchos futbolistas europeos, como yo, y gente de todos los países del mundo que hemos jugado en canteras profesionales estamos llegando a Estados Unidos y hemos subido mucho el nivel de la liga universitaria. Esto lo que provoca es que haya más calidad y, por tanto, muchísimo más seguimiento. También tiene mucha importancia la MLS que cada vez está cobrado más importancia.
“Dentro de 10 años, la MLS será de las mejores ligas mundiales”
Al final lo que pasa en Estados Unidos es que hay mucho dinero y se está empezando a invertir ahora en el fútbol porque es un deporte que está empezando a atraer a la gente. Creo que dentro de unos diez años o así la MLS será una de las mejores ligas mundiales.
¿Cómo está organizado el sistema de ligas de fútbol universitario?
En Estados Unidos hay tres organizaciones: la NCAA como la más importante, la NAIA y NJCAA. Dentro de la más potente de todas, la NCAA, hay tres divisiones: La tres, con unas mil universidades; la dos, con unas 400 universidades; y la uno, con más o menos 200. Cada universidad pertenece a una división según su potencial tanto social, económico como deportivo. Por lo general, las universidades de división uno son las más grandes, a las que más gente quiere ir y las que más difícil es entrar.
Esta división uno, en donde está mi universidad, se compone de veinte conferencias y en cada una hay diez equipos. Entonces, si quedas primero en tu conferencia vas al campeonato nacional y ahí ya son eliminatorias directas. Así es básicamente como funciona.
Hace poco anotaste un gol muy importante para tu universidad.
Sí, sí. Nos clasificamos para la final de conferencia. En mi universidad hace muy poco que el soccer empezó ha tener programa, como unos diez o veinte años. En otros deportes como el béisbol o fútbol americano sí que es una de las mejores universidades, pero el soccer no estaba tan desarrollado. De ahí la importancia, porque es la primera vez que nos clasificábamos para esa final de conferencia y fue con mi gol de falta en el último minuto de la prórroga, a gol de oro. La verdad que fue uno de mis goles más emocionantes con la grada llena. Fue una locura.
¿Qué plan de estudios tenéis allí los atletas para mantener el nivel tanto académica como deportivamente?
Esta fue una de las principales razones por las que me he marchado de España. En Zaragoza yo estaba haciendo Derecho + ADE y era prácticamente imposible compaginarlo con mi carrera profesional deportiva. La universidad va por un lado, el club va por otro y tú tienes que decidir. En cambio, en Estados Unidos, al ir todo unido, te dan muchísimas facilidades. Yo tengo una Academic Advisor, es decir, una persona que enlaza entre el deporte y los estudios. Me ayuda a prepararme las clases y a ponerme tutorías con los profesores. En el caso de tener un viaje porque jugamos fuera de casa, que son todos en avión, me ayuda a cambiar la fecha de examen o de algún trabajo. Los profesores son súper flexibles porque tienen en cuenta que somos estudiantes y deportistas. Al final, allí los atletas están muy bien valorados porque suben el prestigio de la universidad siendo ejemplos a seguir.
¿Notaste mucha diferencia entre el trabajo que se hace en la Ciudad Deportiva con el que se hace en tu Universidad?
A lo mejor el tipo de entrenamiento sí que es algo diferente porque el fútbol universitario es más físico que el de España. Los entrenamientos son muy duros, sobre todo durante la pretemporada. Al final consiste en ponerte bien preparado para la temporada porque jugamos cada tres o cuatro días, entonces tienes que estar súper en forma. Luego durante la temporada es mucho más táctico al estar enfocado en los partidos con muchas sesiones de video para estudiar a los rivales y corregir errores. Además, aquí tienen muchísimos recursos y lo emplean en tecnología e instalaciones. La principal diferencia para mi es el nivel técnico y táctico. Entonces, sumando el aspecto físico, más el potencial tecnológico de Estados Unidos, con la técnica que traigo de España, todo ello me ayuda muchísimo a ser más completo.
Del Stadium Casablanca llegaste a la cantera del Real Zaragoza y tras nueve años en la Ciudad Deportiva te marchas. ¿Qué sentiste en aquel momento?
A parte de jugar nueve años, es el equipo que siempre he seguido desde que era pequeño; soy socio y abonado del Zaragoza desde que nací. Antes de fichar por el Zaragoza ya estaba enamorado porque es mi club y siempre he ido a La Romareda. Además, el último año que conseguimos el hito de ganar el Campeonato de España fue, sinceramente, el mejor año de mi vida a todos los niveles. Me sentía increíble.
Al mismo tiempo, no miraba solo al año siguiente, miraba un poco más hacia delante. Aunque había estado en el club de mi vida durante nueve años, haber estado súper a gusto y haber conseguido todo, creía que tenía que dar un paso mas en vida que me hiciese progresar. Por eso decidí marcharme a Estados Unidos. Hablándolo con mi familia y con mis amigos, ha sido la decisión más difícil de mi vida porque al final es dejar muchas cosas atrás. Pero bueno, son trenes que pasan una vez en la vida y si no los coges se van, y la etapa universitaria tiene fecha límite. Además, yo todavía no quería decidirme entre estudios o fútbol, quería seguir compaginándolas como siempre he hecho porque son las cosas que me hacen más felices.
Cuando decidiste abandonar el Real Zaragoza para ir a estudiar fuera, hubo alguna crítica a tu decisión fundamentadas en que el Zaragoza perdía a jugador por el que había apostado mucho. ¿Cómo encajaste las críticas?
Obviamente vi críticas, pero en vez de enfocarme en ellas solo veía a toda la gente que me mandaba mensajes de ánimo. Por cada dos críticas había veinte o treinta personas que me daban la enhorabuena y que me deseaban mucha suerte. Incluso el Zaragoza subió una publicación a su cuenta oficial dándome las gracias y despidiéndome. Realmente me emocionó. Por lo tanto, no hice mucho caso a las críticas y sí a la gente que me dio las gracias. Eso es lo importante.
En la temporada 2017/2018 estuviste cedido en El Olivar División de Honor Juvenil. ¿Cómo te ayudó a mejorar como futbolista?
He de admitir que fue una sorpresa para mi que el Zaragoza me plantease la opción de marchar cedido para jugar en División de Honor. Me fui con dos compañeros del Real Zaragoza: con Jesús Jiménez y Juanma Gainza. Sin embargo, al final fue una decisión muy acertada porque nos dio un año de experiencia muy importante en la categoría, ya que en División de Honor hay mucho más nivel, exigencia, competitividad que en Liga Nacional. Es otro mundo.
“Mi sueño de ser futbolista profesional sigue intacto”
Hablándolo con mis compañeros, coincidíamos en que ese año nos aportó muchas cosas para el año siguiente, ya que en la 2018/2019 teníamos ya a ocho o nueve jugadores que habían jugado en la máxima categoría juvenil. Además de todo, la temporada que hicimos con El Olivar, que fuimos primeros hasta la primera vuelta y al final quedamos quintos clasificados detrás solamente de las canteras, fue excelente.
Centrémonos en el gran año. Campeones del Grupo III de DHJ y Campeones de España. ¿Cómo se gestó esta hazaña y en qué momento os visteis con opciones de quedar campeones?
Al principio no teníamos ningún objetivo en mente, simplemente ir jugando. Cuando empezamos a ver que íbamos ganando más y más partidos, sí que decíamos “ojo, que quedan quince jornadas y estamos ahí arriba peleando por la liga”. Una de las claves fue lo unido que estaba el vestuario; no había ningún mal rollo en el equipo, si teníamos algún problema los hablábamos y no pasaba nada. Además, cada entrenamiento era súper competitivo, todos íbamos al máximo, siempre con actitud positiva y siempre éramos optimistas ante cualquier adversidad. Luego Iván Martínez, que ha sido el mejor entrenador que he tenido, es un tío que sabe muchísimo de fútbol y tiene una pasión que nos la trasmitía en cada momento. En las charlas antes de jugar nos trasmitía toda esa emoción y energía que nos hacía salir muy motivados. No me gusta decir que hubo un gran protagonista, pero sí que es verdad que Iván fue el capitán que guio el barco. Además de su pasión, en los momentos difíciles sabía cómo gestionar el vestuario y, por encima de todo, tenía esa mentalidad ganadora, que es lo que yo siempre destaco de él. Aparte de los consejos y de la estrategia, que también es muy bueno en ese aspecto, antes de jugar nos decía que íbamos a ganar el partido y verdaderamente nos lo creíamos. Nos inculcó su mentalidad ganadora.
Desde luego, se está viendo que no fue coincidencia porque el DHJ de este año va camino de igualar al del año pasado.
Sí, están haciendo un año espectacular. Con la Youth League les estuve siguiendo y se vuelve a demostrar que no fue casualidad lo del año pasado, sino que nuestra generación, la de un año menos, etc., tenemos un gran cuerpo técnico. Aparte de Iván Martínez, está Gonzalo que es el complemento perfecto a él. Esteban, como preparador físico, Cardoso, Fernando el fisio. En resumen, es todo un cuerpo técnico muy unido. A ver si este año se puede acabar la liga y la ganan.
El mismo verano en el que os proclamasteis campeones hubo Europeo sub19. España acabó proclamándose campeón, pero sin ningún flamante Campeón de España. ¿Os sentisteis infravalorados en ese aspecto?
Es verdad que lo hablábamos entre nosotros. Sin embargo, si destacábamos por algo era por el equipo en conjunto, no teníamos ningún jugador que pudiese decidir un partido ni que fuera especialmente superior al resto. Nuestro fuerte era el equipo y fue lo que nos dio la victoria. A lo mejor si cada uno de nosotros nos fuéramos a diferentes equipos no destacaríamos tanto como lo hicimos ese año todos juntos. Al fin y al cabo, no nos preocupaba en exceso que ninguno de nosotros fuera a la selección española. Nosotros ya habíamos ganado el Campeonato de España con nuestro club, que era lo importante
¿Qué futuro les auguras a tus excompañeros a corto y medio plazo?Espero que los jugadores que están ahora en el filial puedan ascender este año a Segunda División B, que es donde debe estar el Deportivo Aragón. Luego a los que están todavía en juveniles decirles que acaben el año como lo están haciendo, que están volviendo a conseguir lo que hicimos el año pasado y sería muy bonito.
¿Los ves de aquí a unos años en el primer equipo?
Sí, desde luego. Me alegro muchísimo cada vez que veo a un jugador que sube a jugar. Este año ya ha subido Francés, Borge, Baselga, Aguado…Creo que será cuestión de tiempo que esta generación llegue al primer equipo. Si están haciendo todo lo que están haciendo a esta edad, en un futuro los veremos en la élite.
Para finalizar: el sueño de Nacho Alastuey es…
Debutar en La Romareda y marcar un gol para celebrarlo con toda la grada. Lo dije el día de mi despedida, y desde pequeño ese sería mi sueño. Sigo con mi mente enfocada en seguir trabajando y mejorando porque tengo claro que mi sueño de ser futbolista profesional sigue intacto. Más tarde o más temprano acabará llegando.