El Huesca ha acudido a Tarragona con la intención de rearmarse de moral tras las últimas derrotas, que habían minado la confianza de los azulgranas, y sale reforzado del Nou Estadi. El empate sin goles no frena la sequía anotadora, pues son ya 433 minutos sin ver puerta, pero ha mostrado un equipo más sólido que no ha dado concesiones a un colista engañoso. El partido ha sido como para ponérselo en bucle a tu peor enemigo. A falta de fútbol, apuntes interesantes y objetivo, aunque poco ambicioso, cumplido.
El 0-0, cantado, abre algunas cuestiones cuyas respuestas pueden generar más de un debate encendido. Sobre todo el once de Anquela, que ha mudado de piel con tres centrales y dos carrileros más un trivote en el centro del campo y los dos puntas. Seis cambios respecto al chasco con el Alcorcón; los tres sancionados Akapo, Melero y Samu más Ferreiro, Vadillo y, otra sorpresa, Vinícius. El técnico ha borrado los extremos y ha ubicado arriba a Camacho y Borja más Alexander por la derecha. Si se trataba de contener al Nástic, el partido ha sido perfecto. En ataque, muy discreto.
El Huesca ha sido una pirámide invertida. Fantásticos los tres centrales, y eso que Carlos David se ha cargado con una amarilla en el 35, e intermitentes los centrocampistas. De entre ellos, el más destacado ha sido David López, relegado al ostracismo hasta hoy y disfrutando de su primera titularidad. Cuando ha encontrado a Sastre y Camacho, el fútbol oscense se ha elevado un poquito más. Los puntas han vivido casi siempre en compartimentos estancos. Borja, bregador; Camacho ha terminado absorbido por un Nástic con esquema calcado.
Dos equipos casi idénticos esta tarde. Una victoria hubiese sido excesiva para cualquiera de los dos. Y eso que los catalanes contaban con el factor Emana, el hombre que más pánico ha sembrado en una primera mitad que ha registrado dos tiros a puerta para los locales, de Juan Muñiz que Herrera ha sacado a córner con apuros y del propio Emana más otra a la media vuelta de Barreiro antes del descanso, y uno de Camacho, lejano, en el 41. El cuadro anfitrión ha tenido más la pelota y el Huesca, sin continuidad ni Samu, ha esperado bien abrigado.
El partido, aburridísimo, tampoco se ha agitado con el paso de los minutos ni los cambios. Si acaso, el Huesca ha mejorado tras el receso porque ha dado un paso adelante y los catalanes han sufrido más con la presión adelantada. Anquela, fiel a su plan, ha dado entrada a Ferreiro por David López y el gallego, lejos de la banda, ha sido un elemento agitador por dentro. Vinícius también ha gozado de otra oportunidad en lugar de Borja Lázaro y ha podido atar los tres puntos en la única bola que ha tocado tras robarla y lanzar un latigazo en el 91 que Manolo Reina ha rechazado con un escorzo.
Ordenado y sin salirse apenas del guión, el Huesca se ha recompuesto en Tarragona de los últimos golpes y de la baja de su futbolista más decisivo. Llegará al derbi con más confianza que la semana anterior y recuperará efectivos. Ahora vienen los peros. Suma una victoria en 9 encuentros y cabe preguntarse si el resultado es discreto para un aspirante al ‘play off’ y bueno para amarrar la permanencia. Es decir, si el Huesca exuberante de la primera vuelta va a dejar paso a uno más práctico en la búsqueda del objetivo real. Si el compromiso seguirá vigente pero la ambición se perderá como lágrimas en la lluvia. El Real Zaragoza será una buena vara de medir.
FICHA TÉCNICA
Nástic de Tarragona: Manolo Reina; Gerard Valentín, Suzuki, Bouzón, Perone, Mossa; Cordero, Luismi, Juan Muñiz (Delgado, 57’); Manu Barreiro (Álex López, 55’) y Emana (Uche, 73’).
SD Huesca: Herrera; Alexander, Carlos David, Iñigo López, Jair, Brezancic; Aguilera, Sastre, David López (Ferreiro, 60’); Camacho y Borja Lázaro (Vinícius, 72’).
Sin goles.
Árbitro: Rubén Eiriz Mata, del Colegio Gallego. Ha amonestado al jugador local Álex López (85’) y a los visitantes Carlos David (35’), Borja Lázaro (71’) e Iñigo López (85’).
Incidencias: Partido de la 23ª jornada de Segunda División disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante 5.612 espectadores.