Cada día que pasa es uno menos para que le lleguen refuerzos a ‘Cuco’ Ziganda, pero también uno menos que tiene el navarro para conjuntar al equipo. Tras los buenos 30 minutos contra Osasuna tocó otro amistoso: el Nàstic de Tarragona. No queda otra que juntar piezas, pero este Huesca será, por fuerza, muy distinto al que inicie la competición. De entrada, Hashimoto está fichado para ser titular en el centro del campo, se buscan centrales como el comer y si Sandro se va -el canario se quiere ir pero el club no lo dejará a precio de saldo- habrá que traer pólvora seca. El viernes 12, con el Levante para arrancar la competición, está más cerca de lo que parece y la realidad es que al Huesca le siguen faltando cosas, demasiadas para las fechas en las que nos encontramos.
Contra un Nàstic de Primera Federación, ‘Cuco’ Ziganda propuso un inicio plagado de chavales del filial. Y es que entre lesionados, jugadores ‘tocados’ y la necesidad de administrar minutos, ‘Cuco’ tiene que administrar los tiempos. Más cuando en 48 horas tiene programado otro amistoso. En este caso contra el Andorra. Así las cosas, por delante de Andrés Fernández hubo minutos para Euse, David García, Manu Rico, Seijo y Tomeo acorazados por Blasco, Vilarrasa, Gerard Valentín, Joaquín y Juan Carlos.
Lo mejor, los goles
Antes de que el balón rodara se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento a los 89 años de un histórico del Nàstic, el delantero Valero Serer, que también jugó cinco temporadas en el Real Zaragoza. Con tantos jugadores del filial, extrapolar lo visto a lo que será este Huesca sería una temeridad. Sí que dejó detalles. Joaquín aprovechó un pase de escuadra y cartabón de Juan Carlos para abrir el marcador en el minuto 13. La jugada surgió de un infortunio. Colisionaron David García y Manu Rico y el sevillano se hizo un corte en la nariz que le obligó a dejar el campo para su desesperación. Entró Almerge. Del choque, el balón acabó en Juan Carlos, su pase y el gol del andaluz.
El segundo tanto del Huesca lo firmó Vilarrasa. Cogió el cuero en la medular y nadie del equipo de Raúl Agné le entró, siquiera le entorpeció en su carrera. Ganó metros con una facilidad pasmosa, armó su zurda y mandó el balón a la escuadra izquierda del portero catalán. Y después, la pausa para la hidratación. El Nàstic tuvo su ocasión en un disparo duro de Aaron Rey que Andrés rechazó a córner y que luego, en una jugada posterior, el jugador del conjunto catalán buscó la pierna de Vilarrasa de malas maneras. Amistoso, sí, pero con ganas.
El segundo acto arrancó con el juvenil Diego Ibáñez que sustituyó a Seijo y con San Román bajo palos por Andrés Fernández. El partido siguió con la misma tónica. Los canteranos dieron la cara y el partido se encaminó de forma cómoda para los intereses de los de ‘Cuco’. El navarro siguió introduciendo chavalería al césped. A Tarragona se fue casi sin veteranos por lo que el paso al frente, la responsabilidad de los jóvenes era evidente.
El Nástic apretó. Alberge sacó un balón bajo palos en una segunda parte y el Huesca se parapetaba con cierto orden. El equipo catalán se apropió del balón y el Huesca sudó en defensa para mantener su ventaja. Si se pudo afear el partido en el primer acto, también en el segundo con alguna entrada desmedida capitalizada por jugadores del Nàstic.
Joaquín dejó el campo por Antonio Sánchez para jugar los diez últimos minutos del encuentro. El Nàstic acortó distancias en el marcador con un gol de Valverde. Fue producto de un mal despeje, blando y por el centro que Valverde no desaprovechó. Siendo un amistoso hasta era bueno saber jugar con el marcador a favor y pocos minutos para abrochar el partido. Bonilla reclamó un penalti por mano de Valentín, pero el árbitro dijo que no.
Y de una falta, el Nástic sacó un penalti. Rubi dejó el codo sobre Trillez. Un poco de teatrillo, Bonilla lanzó a lo Panenka y puso el empate en el marcador para aguar la que era una victoria de los canteranos.