El Nava de Mota aparece este miércoles contra el Bada Huesca. Los segovianos han encontrado en el balonmano una caja de resonancia y quieren aprovecharla al máximo. No es mal equipo. Mucho veterano en sus filas con muchos partidos y muchas cicatrices. Viaja octavo en la Asobal después de sumar los puntos contra Guadalajara (25-22) y Valladolid (26-25). Si alguien quiere ver fantasmas, allí los tiene. Dos rivales que ganaron al Bada Huesca y que lo sumieron en una crisis cortada con la victoria contra Cisne.
Y qué bueno es ganar. La victoria contra los gallegos era necesaria. Por muchas cosas. Y valió más por la forma. Ganar era vital, pero sobre todo había que hacerlo de forma contundente. El Bada Huesca fraguó el partido que necesitaba y que debe refrendar, ahora, contra un rival de mayor calado.
El exBada Huesca Mota es parte de una plantilla conformada por buenos jugadores en un club que la pasada temporada arrolló al Bada en el Palacio (19-23). Patosky llegó de Ademar y mantiene a Lamariano y eso son porcentajes altos de acierto de una portería que protegen con una defensa 6:0 con centímetros. En ataque cuenta con lanzamiento exterior y juego con el pivote. “Tienen un equipo muy equilibrado basado en la experiencia de sus jugadores”, señala Nolasco.
Este encuentro era el que debía abrir la Asobal 2020/21 para el Bada y el Nava pero que se aplazó por el coronavirus. Los jugadores de ambos equipos deben hacerse el preceptivo test sobre la Covid-19 y si todo es correcto habrá viaje el mismo día del encuentro. De esta forma los de Nolasco encadenarán el viaje a Pontevedra con el de Nava. ¿Puede influir? Todo influye en el balonmano, pero lo más importante es que se viaja después de haber ganado y con la necesidad de volver a ganar.