El Real Zaragoza afronta los últimos días del mercado sin demasiados recursos para renovar su plantilla. La rebaja de salario ofrecida a la plantilla parece un recurso torpe, una medida desesperada. La salida de Enrique Clemente, la cesión de Luis Carbonell o la probable renovación a la baja de Gaizka Larrazabal son los únicos movimientos en firme en la víspera de una semana crucial.
Los esfuerzos del club se centran en encontrar un delantero capaz de paliar los defectos de la plantilla ante las porterías. El dúo formado por Miguel Torrecilla y Raúl Sanllehí ha dejado para el final los deberes de todo un verano. Y ahora juegan a contrarreloj, en ese punto del mercado en el que las prisas casi nunca traen grandes hallazgos.
El Zaragoza sigue ahogado en su límite salarial, muy pendiente de las decisiones personales de Radosav Petrovic o Juanjo Narváez. A los dos se les asignó en su momento un papel protagonista. Ahora, parecen felices en el lugar de los secundarios, siempre y cuando no se altere su salario de cabezas de cartel. Mientras, los resultados dan la espalda al equipo de Carcedo, que sumó su primera derrota en Cartagena. No ha marcado en las tres primeras jornadas y solo la aparición de Simeone promete resultados distintos en las siguientes.
La derrota del Zaragoza en Cartagena
La derrota del viernes mostró algunos de los defectos de la plantilla que permanecían ocultos. En Cartagonova, Manu Molina y Jaume Grau no parecieron las referencias que el Zaragoza necesita para su media. Molina tiene buen pie y lectura del juego, pero su posición exige más fiabilidad de la que ha demostrado. A Grau todavía le falta un punto de personalidad, el carácter necesario para tomar las riendas del equipo.
En ese plan colectivo, el Zaragoza necesita más ritmo en el juego posicional. Solo Bermejo propone algo distinto en los espacios reducidos y Carcedo solo le concede una hora de juego. Si atendemos al mercado, la llegada de un solo delantero no completaría todas las deficiencias del grupo. Sigue faltando un recuperador, un regateador puro y un goleador que complemente las promesas de Azón y Simeone.
Una propuesta para la plantilla
Jorge Mas manifiesta ante los medios su satisfacción con la plantilla confeccionada. También con el fútbol que ha visto en las primeras citas y considera que, de momento, los resultados son un pequeño engaño. Mientras tanto, propone un 10% de rebaja en el sueldo de todos los jugadores para facilitar las incorporaciones que el equipo necesita. Cuesta ver la oferta de la nueva propiedad como un movimiento estudiado. Parece todo lo contrario, una palanca inútil, casi un último recurso.
En el imaginario popular las desgracias siempre se anuncian y es complicado no enterarse de ellas. En el fútbol, a veces, las malas noticias se cultivan en silencio. Y en el caso concreto de este Zaragoza, el hecho de que no haya grandes noticias en firme es una mala noticia en sí misma.