Si bien es cierto que hay que jugar contra a todos a más de un entrenador le gustaría elaborar el orden de los partidos, aunque el problema descansa en el cómo. Nolasco, técnico del Bada Huesca, reconoce que no sabría “cómo hacerlo así que lo mejor es que te lo den hecho”. Con la foto fija de los duelos de la temporada 2018/19, el entrenador destaca que a diferencia de otras temporadas, en esta, el Bada Huesca empezará al calor de su afición una característica que le gusta, aunque el recuerdo que tiene de la vez anterior no fue positivo. “Empezamos contra Puente Genil, perdimos e hicimos una mala temporada, porque las lesiones no nos permitieron tener regularidad”, recuerda, y espera que ahora no cante el equipo la misma canción al iniciar la competición contra Cangas.
Del calendario de la competición regular, Nolasco destaca dos hechos: el primero es el “complicado” bloque del mes de octubre que llevará al siete altoaragonés a medirse contra los sietes de Logroño, Anaitasuna, León y Granollers (este en noviembre). La derivada es que habrá que empezar muy fuerte –Cangas, Benidorm, Sinfín y Guadalajara- para minimizar al máximo el nivel de daños de quienes están llamados a terminar en la zona noble de la tabla –Barça aparte- salvo sorpresas mayúsculas.
El segundo condicionante, más que del calendario, descansa en la calidad de las plantillas. Ya advirtió hace unos días Nolasco que el nivel ha subido respecto a la anterior campaña. Por arriba, pero también por quienes quedaron por debajo del Bada. “Lo que veo es que todos me pueden ganar y que yo puedo ganar a todos”, define Nolasco en un claro entrecomillado de que la Asobal mantiene su tendencia de subir en competitividad y calidad gracias a que los presupuestos son cada vez más ambiciosos.
El detalle del calendario deja al Barça como último partido de la competición y en el Palacio de los Deportes. Sin duda, una fiesta para la afición que puede convertirse en pesadilla para la afición, jugadores, cuerpo técnico y directiva si de esos puntos dependen cosas… buenas o malas. El deseo, ya en julio, es llegar a ese partido con todo decidido y acotarlo a un duelo de fiesta. O en todo caso que lo que haya en juego sea una plaza europea. Y es que nadie piensa en otra cosa más cuando el director deportivo del club, Dani Ibáñez, significó en la asamblea de socios del BM Huesca del jueves que no hay objetivo, pero quedar por encima del séptimo puesto de la pasada campaña estaría bien.