El Real Zaragoza salió con un empate del Sardinero que tiene doble lectura. Por un lado, la positiva, la convincente personalidad del equipo, capaz de saber reponerse de situaciones adversas a lo largo de toda la temporada. Por otra, la negativa, y la que más conviene revisar. El Real Zaragoza no encontró el camino del juego en ningún momento de los noventa y cuatro minutos que duró el choque. Partido, descontrolado, sumergido en un ida y vuelta permanente en el que Eguaras y Kagawa sufren y en el que Suárez, Puado y Burgui no se impusieron. La profesionalidad de los centrales apagó fuegos antes de su crecida. Noche en la que queda claro porque Víctor Fernández considera intocable a James Igbekeme fuera de casa. Ponemos las notas:
Titulares
Cristian Álvarez (5): No pudo hacer nada en el primer gol y cometió el penalti del segundo. Le hemos visto durante muchos fines de semana exhibir su velocidad para llegar al pase profundo antes que el delantero rival. Esta vez no fue así. Nada que reprochar.
Carlos Vigaray (5): Venía cargando con mucha fuerza en ataque en los dos últimos partidos. No obstante estuvo sostenido, sin tocar línea de fondo y sin mostrar la comodidad de otras jornadas. Acabó siendo sustituido en el tramo final.
Pichu Atienza (7): Los centrales sostuvieron al Real Zaragoza en una primera mitad rota, de constante ida y vuelta. Siempre bien colocado ante centros laterales y con capacidad para correr hacia detrás. Muy seguro
Jawad El Yamiq (7): Otro partido dominante del central marroquí. A campo abierto exhibe una seguridad impactante en un central de su estatura y corpulencia. Tuvo una ocasión a balón parado en la segunda mitad.
Carlos Nieto (4): Tras muchas jornadas siendo solvente en defensa, un exceso de confianza le costó al Real Zaragoza el 1-0. Además, al igual que Vigaray, apenas tuvo incidencia en ataque por el desorden y la verticalidad del equipo.
Raúl Guti (6): Partido de grises del canterano maño. Fiel a su esencia: Recorrido físico e ideas claras. No estuvo tan fino en el envío en profundidad como en otras citas pero tuvo el don de marcar un gran gol. Control de pecho y golpeo en el aire a una pelota que sorprendió a Zidane. Dejó la mancha en el cierre, con su expulsión por protestar.
Iñigo Eguaras (5): Como siempre que el partido se vuelve un “correcalles” el nivel de luz de Eguaras se tuerce. No es un centrocampista con el motor para aguantar ese ritmo. El equipo sufrió, sobre todo en la primera mitad porque el doble pivote se rompió más de la cuenta. Se echó en falta a James.
Burgui (4): Desubicado en la derecha. Incómodo al tener que trazar la diagonal con la izquierda y sin el físico necesario todavía al venir de un periodo de inactividad para salir hacia fuera. Tuvo quince minutos en izquierda pero Víctor lo reemplazó por Blanco
Kagawa (4): Sustituido al descanso. Y ya van varias veces. No termina de casar con este Real Zaragoza de delanteros verticales. El equipo con él se queda en tierra de nadie. Si entregarse al japonés o apostar por la rutina de alto voltaje de Suárez, Puado y compañía. Lógicamente predomina lo segundo y ahí Kagawa deambula por el césped.
Javi Puado (5): Tras un mes muy chisposo el delantero cedido por el Espanyol ha pegado un pequeño bajón. Jugar en banda siempre le minimiza, pero en la segunda mitad, por dentro, tampoco mostró su mejor cara.
Luis Suárez (6): La intensidad no se negocia. A punto de marcar su gol “ya patentado” en el que se aprovecha de una cesión del rival al portero por velocidad y hambre. Además de esa, tuvo varias ocasiones.
Suplentes
Alberto Soro (6): Había bajado el rendimiento en los últimos partidos y Víctor quiso aprovechar para darle descanso. Dio la asistencia del segundo gol a balón parado. Debería ser fijo.
Álex Blanco (7): Decisivo en el instante final para sacar un punto. Sacó una falta que acabó en expulsión de Abraham Minero y con una peinada propicia se encargó de rematar ese mismo balón parado.
Miguel Linares (5): Entró en los últimos diez minutos en busca de la heroica. Víctor cambió a defensa de tres centrales y quemó las naves con el 2-1. Cumplió con oficio como siempre y volvió a ser el portavoz de la charla final. Líder de vestuario.