El Real Zaragoza logró que el empate ante el Oviedo pareciera una victoria. Recuperó el honor y el juego, se comportó exactamente como cualquier aficionado quería que se comportara. Fue una modesta forma de redención, por mucho que no esconda las desgracias anteriores. Ahora, llegados a un punto relativamente intrascendente de la temporada, la afición se ilusiona con los primeros rumores del curso que viene.
As, a través de la voz de Pedro Luis Ferrer, desveló algunos de los nombres más prometedores. Rodrigo Riquelme, Sergio Camello, Jorge Miramón y Víctor Laguardia. Las cuatro pertenecen a un grupo inalcanzable para el Zaragoza de las últimas temporadas. La aparición de una nueva propiedad los sitúa en el terreno de los posibles, por mucho que sus contrataciones sean complicadas por diferentes cuestiones.
Rodrigo Riquelme es uno de los jugadores más especiales de la competición. Posee el don del regate, elegancia en la carrera y la imaginación que distingue a unos pocos elegidos. Cuesta creer que no vaya a encontrar su lugar en un Primera, por mucho que el Atlético de Madrid, propietario de su talento, no baraje de momento su regreso. Una situación similar se da con Sergio Camello, autor de 14 goles esta temporada. Es intuitivo, veloz, con destreza en el área y un amplio abanico de recursos en el remate. En Segunda, como en cualquier liga, no hay una virtud tan cotizada como la del gol. Es allí, en ese punto, donde Camello parece un producto muy codiciado.
En condiciones normales, las dos opciones atléticas del Mirandés parecen muy lejanas. Para hacerse con ellas, Sanllehí deberá mostrar todas sus habilidades de negociación. El recurso de que un estadio como La Romareda es tremendamente sugerente para dos futbolistas de la proyección de Camello y Riquelme. Quizá como una certera aproximación al fútbol que proyectarán un día en el Wanda Metropolitano.
Los siguientes nombres pertenecen a un patrón distinto. Jorge Miramón y Víctor Laguardia son futbolistas experimentados y reconocidos. A ellos se les quiere seducir a través del vínculo sentimental. Los dos formaron parte de la Ciudad Deportiva y, tras una carrera ejemplar en Primera, solo les queda el lunar de no haberse asentado en el Real Zaragoza. En el tramo final de sus carreras, quizá puede llegar su momento en La Romareda. Aunque se sospecha también que su cartel podrá interesar a otros competidores.
Mientras Jair Amador recibe ofertas para salir, el Zaragoza piensa también en las entradas. A una semana de que se cierre la firma definitiva de la operación de compra venta, el club prepara un verano largo, con mil nombres en sus quinielas. Las dudas ocupan también a la directiva y no se sabe si Juan Forcén se aferrará todavía a su silla. Todos parecen rumores lejanos, noticias que bailan todavía entre dos tierras: entre el presente más gris e inmediato y un futuro interesante.