La salud del corazón guarda una estrecha relación con los hábitos saludables. Una dieta rica en fibra, antioxidantes, verduras y frutas puede salvarnos y prevenir de enfermedades cardiovasculares. La nutrición es la llave maestra para una buena calidad de vida. Y eso es así seas un profesional del deporte, aficionado. Es bueno saber que alrededor del 20% de nuestro peso corresponden a las proteínas. La proteína nos permite tener una estructura y tener un músculo de calidad para hacer una actividad física y un buen entrenamiento. Por eso deben ser constantemente renovadas e incluidas en la cadena alimenticia: desayuno, comida y cena.
De lo que nos podemos engañar es que somos lo que comemos. Estamos compuestos de los mismos nutrientes de los que nos alimentamos cada día. Sabes que hay que comer cinco veces al día. Y tiene que haber todo tipo de nutrientes: carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Es importante asociar la comida a la actividad física. Tanto los deportistas de elite como los aficionados y con independencia de que sea un deporte u otro hay 20 minutos que pueden ser calificados de oro: justo los 20 minutos después de haber practicado tanto ciclismo como triatlón como natación o senderismo. Es decir, con independencia de tus pulsaciones, en ese tiempo el cuerpo no solo recoge la energía que ha perdido, sino que además puede capturar un poco más para estar mejor preparado para el día siguiente y el músculo se empieza a regenerar de forma más rápida para entrenar mejor. Por eso, la correcta nutrición es clave para recuperar el cuerpo y sentirte mejor.
En el otro lado de la balanza están los alimentos poco saludables, el tabaquismo, el sedentarismo, las comidas a horas irregulares o el consumo excesivo de alcohol. Todo ello implica un aumento en el riesgo de desarrollar patologías cardíacas. Es abrir la puerta al desastre. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares provocan la muerte de 17,9 millones de personas al año y son responsabes del 32% de fallecimientos en todo el mundo. En España, estas cifras alcanzaron las 119.853 defunciones en 2020.
Por eso hay que insistir y, además, hacerlo de forma machacona que los mejores hábitos para reducir la mortalidad son una buena alimentación, actividad física con una regularidad mínima de tres a cuatro veces por semana durante 45 minutos, no fumar y reducir el estrés diario. En los últimos años, la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares entre mujeres es mayor. En hombres, la probabilidad de fallecer por un primer infarto es del 30%, mientras que en las mujeres esta cifra se eleva al 50%, según la Fundación Española del Corazón (FEC).