HUESCA | Samuel Obeng es todo un ejemplo para sus compañeros en el Huesca. Humilde, trabajador y exigente. Así se muestra en el terreno de juego y también en la sala de prensa. El delantero de Ghana se metió a El Alcoraz en el bolsillo desde el primer día, cuando anotó un gol de chilena al Mirandés. Desde entonces es el máximo goleador del equipo oscense en el 2023, pero el punta quiere más y dice que este temporada “no me he visto bien”.
Los golpes en su tobillo izquierdo se han repetido jornada tras jornada y los rivales buscaban el punto débil del atacante en cada partido. Obeng tuvo que parar en el partido de los oscenses en Andorra y Antonio Hidalgo echó mucho de menos el futbolista. El punta de 26 años “no quiere excusas”, pero reconoció en la sala de prensa que “vivimos de esto y hay que forzar. El equipo te necesita y lo das todo“, argumentaba con su tobillo izquierdo vendado.
Obeng es de esos futbolistas cercanos que no les importa parar con cien aficionados tras un partido del Huesca en El Alcoraz para hacerse una foto con ellos. El cariño de la afición es constante desde que llegó desde el Real Oviedo el pasado mes de enero. “Hace casi un año… Estoy encantado con el Huesca, con la ciudad y su gente”, explicaba orgulloso en la última comparecencia del año en la que quiso desear a todos los aficionados “salud y amor” para el 2024.
Obeng confía en la segunda vuelta del Huesca
El delantero de 26 años está dispuesto a tirar del carro. Obeng quiere salvar al Huesca y lograr la permanencia para que así los oscenses puedan ejercer la opción (casi obligatoria) de compra. Desde que se fue su padre futbolístico, Ziganda, el equipo ha mejorado, pero el punta africano espera une mayor evolución en la segunda vuelta: “Espero que el Huesca sea de los equipos ascendentes que va a mejorar el nivel”, explicaba ilusionado el futbolista.