ZARAGOZA | El lema de lo que resta de temporada ha quedado escrito, por fin anunciado. Si la derrota ante el Amorebieta hizo sonar las alarmas, el club se ha camuflado en los silencios, con decisiones entre bastidores. Hay varias tesis que explican la continuidad de Velázquez. Ninguna es tan buena como para descubrir que el Zaragoza ha acertado, pero ante un club que no habla, uno busca ver lo que murmura.
La primera opción ya ha quedado atrás, vencida por el tiempo. Tras la derrota, la compleja estructura de la propiedad pudo retrasar una decisión rápida. Ni siquiera Cordero supo entonces si podía garantizar la continuidad de Julio Velázquez. El director deportivo logró convencer a sus superiores en el día siguiente, con Raúl Sanllehí y Mariano Aguilar al frente.
La continuidad tiene ahora una explicación retorcida: el club quiere ganar tiempo. Incluso a costa de perderlo. Solo Cordero mantiene un ápice de fe en el que eligió como su técnico, pero uno no sabe si en su defensa se está defendiendo también a sí mismo. El resto de la cúpula ya no cree en sus posibilidades y se sospecha que Sanllehí sigue echando de menos a Fran Escribá.
El club ha elegido la prórroga de Velázquez porque temen gastar la bala de un nuevo técnico en Pucela, después de cinco meses sin victoria a domicilio. La siguiente paradoja se vivió ayer. Durante todo el curso los portavoces del Real Zaragoza evitaron un objetivo claro. Solo Jorge Mas, en su particular gira por la ciudad anunció con claridad el deseo de la propiedad: “querríamos haber ascendido ayer”.
La respuesta del mandamás contrasta con las leyes impuestas por Cordero: “De mí nunca vais a oír la palabra ascenso como objetivo”, dijo en el inicio del verano. “Yo nunca he dicho lo que se ha dicho en otros foros”, corroboró Velázquez tras la última derrota.
El Real Zargoza tomó ayer el paso siguiente y eligió a Maikel Mesa para hablar ante los medios. Ante la ausencia de portavoces, el tinerfeño fue la única voz reconocida en el club. Con la naturalidad que distingue a los canarios, el máximo goleador del curso diseñó la pista del equipo para lo que resta de temporada: “Sabemos que los cincuenta puntos no son el objetivo, pero ahora mismo hay que conseguirlos”.