ZARAGOZA | El Real Zaragoza acaba de anunciar de forma oficial un secreto a voces: el regreso de Víctor Fernández a su casa. Será su cuarto capítulo en el banquillo de La Romareda y, de nuevo, la noticia del año en Zaragoza.
El club recurre al mejor de sus salvadores, en busca de un cambio en la escena. El técnico toma a un equipo en depresión, que acumula 4 derrotas en las 5 últimas citas. Y se le encomienda la misión de relanzar un proyecto con más margen económico que todos los anteriores, pero también lleno de lagunas. Víctor reunirá de nuevo todas las esperanzas: vencedor en la memoria, artífice en Zaragoza de las mejores historias.
Su lugar en La Romareda siempre fue especial: logró tocar el cielo de París y estuvo a un paso del ascenso en 2020. La pandemia rompió el paso de un equipo que llevaba el camino de los campeones. A Víctor le agotó en el fútbol y en el ánimo, en un juego que durante un tiempo dejó de ser ya suyo. Ahora, para paliar ese defecto elige a David Navarro, un técnico actual, con nombre propio en el fútbol aragonés, un fiel defensor de un fútbol valiente.
Vuelve Víctor, si es que alguna vez se fue. El técnico asume a sus 63 años el reto de cerrar su círculo, de proyectar al Zaragoza hacia el ascenso. No será en esta temporada, en la que conviene volver a alejar los miedos. Pero sí en un proyecto que nace de nuevo, al abrigo de uno de los nuestros.
Es un salto sin red y también el último baile. Y ofrece una bonita conclusión: Víctor Fernández siempre vuelve.